martes, 30 de enero de 2007

Mierda

Lunes raro de frío en el que todo va saliendo mal. Escalada de nubes oscuras que engordan cada hora que pasa. Al final del día una palabra desagradecida revienta la gota salada que luchaba por no salir. Y sale, y arrastra más lágrimas. Y te encuentras mal, y no entiendes nada, y sólo quieres refugiarte en esa burbuja tuya en la que lo material no existe. Y no entiendes nada hoy.

Y comienzas a andar por la calle, con los ojos mojados y el frío paralizando la sal en tus mejillas, y te avergüenzas de llorar y respiras hondo y piensas que no vale la pena y decides parar. Parar de llorar ya. No vale la pena por eso llorar.

Cuando te sientes con fuerzas de hablar llamas a una voz amiga y sólo te sale decir a media voz: mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda....así hasta cien mil veces mierda....al otro lado del teléfono sólo una carcajada y un vale sigue, sigue, dilo más fuerte...y tú mierda mierda mierda mierda, por la Plaza el Ayuntamiento, mierda mierda mierda, amiga, mierda, el edificio de Correos, mierda mierda, y la gente pasando, te mira, y las carcajadas de tu amiga al otro lado de la línea, y tú mierda mierda de día, y el frío que ya no congela la sal en tus mejillas, que empieza a dibujar una sonrisa pilla en una boca que dice mierda mierda mierda de día, y comienzas a reír también, a secarte los ojos, a andar más deprisa, a encogerte entre los hombros, a cobijarte del frío en cuatro palabras amigas. Y piensas que pocas cosas valen la pena, que no lo volverás a hacer más, no por eso, no llorar.

domingo, 28 de enero de 2007

Principito

Llega a mi casa una preciosa caja de música de El principito. Al abrirla suena una melodía suave que baila él junto a su cordero. Un espejito ovalado me enseña su cara rubia de niño bueno cada vez que da una vuelta. No tiene la misma expresión reflejado en el espejo que visto de frente, parece más mágico si cabe, y más lejano también. La melodía suena melancólica y yo cuento las vueltas que dan sobre sí mismos.

Releí hace poco El principito de Antoine de Saint-Exúpery siguiendo los consejos de un sabio. Es una historia profundamente bella y triste.

Como toda tristeza, hace reflexionar.

La primera aparición del principito provoca que la vida de nuestro aviador protagonista se tambalee maravillosamente hasta casi perder el equilibrio. El pequeño hace acto de presencia con sus preguntas, su apariencia menuda y bella, sus sinceras carcajadas, y sobre todo con su mirada.

La mirada del principito no ve sombrero, la mirada del principito ve más allá, se va al Bosque Virgen y encuentra una boa con un elefante dentro. La mirada del principito es la del adulto todavía niño, es la mirada perdida de todos, es aquella mirada que tanto nos cuesta encontrar.

“…derecho, siempre adelante de uno, no se puede ir muy lejos…”.

Tiene razón el principito, con sus palabras nos viene un poco a despertar. Siempre es preferible ser un elefante comido por una boa, o una serpiente sin piedad, a un sombrero. A un sombrero y ya está.

Seguiré escuchando tu melodía, amigo.

sábado, 27 de enero de 2007

Cuento

Ante este regalo de mi pequeña de siete años tenía dos opciones: desmayarme o compartirlo. He optado por lo segundo. Aquí os lo trascribo tal cual, espero que lo disfrutéis.

El ruiseñor de la china

En un bosque de la china vivía un ruiseñor que conoció a un emperador y se hicieron muy amigos y un día el emperador quiso ir a visitarlo.

El ruiseñor oyó al emperador llamarlo y cantó para que el emperador le encuentre.

A la emperatriz no le gustaban los ruiseñores y decidió entretener al emperador para que dejara de vivir con su ruiseñor. La emperatriz lo consiguió haciéndole su comida favorita cada día. Entonces el ruiseñor decidió mudarse a otro bosque en Australia. Cuando se acabaron los ingredientes el emperador enfermó de dolor. El ruiseñor se enteró y fue corriendo al bosque a por los ingredientes para la medicina. Fue a la ventana del emperador y le curó perfectamente. El ruiseñor y el emperador vivieron felices para siempre. ¡A! y la emperatriz se murió de la rabia.


(dibujo)

Cadenas

Romper cadenas invisibles atando los posos de esa voluntad constante que tropieza, cae, una vez tras otra, encharcada de miedo a simplemente ser.

Deshacer los nudos ordenados silenciosamente trazando caminos por la sencilla senda que no sabe.

Partir piedras contra palabras apagadas dibujando rutas raídas de tanto gritar nada.

Callar.

jueves, 25 de enero de 2007

Amar

Quizá la luz de una vela turbada
quizá un faro bebiendo la niebla,
un silencio galopante en la huida.

Quizá ese sentir que te ahogas,
que luchas, que sales,
quizá que vuelves a nacer,
que no tienes ni manos, ni mente, ni pies,
que la vida va girando a tú compás y yo la sigo,
que me lanzo al vacío sin ti.

Quizá la palabra que escucho cuando me acuesto,
quizá el susurro,
quizá un momento y una risa, una sola canción,
tu canción tu poema tu voz,
quizá la vida.

Quizá un murmullo, quizá el compás de una espera,
quizá tu boca que llena de besos mi boca llenando de besos la tuya.

Quizá la luna quizá el sol quizá la mañana quizá la vida,
la muerte tranquila,
la soledad que invade los días.

Quizá no sea más que eso,
amar.

Y no sea más que eso.

miércoles, 24 de enero de 2007

Cumpleaños

Hoy es el cumpleaños de mi querido hermano Álvaro.
Hoy sería el cumpleaños de mi querida abuela.
Hoy es un día especial para mí.

Dos personas especiales, profundas, dos generaciones distintas unidas por el poso que la sensibilidad deja a través de los años. Poso que siempre reconocemos al terminar nuestra taza.

Recuerdos, sueños, abrigo,
palabras, memoria,
mesa camilla, pulsera, cocina,
cuchillo y madera,
silencio,
piel blanca escondida, antiguas sortijas, consejos,
tranquilidad,
pasillo umbrío,
rebeca roja, lana, chocolate y barquillo,
tapetes de ganchillo en los brazos del sillón,
lámpara de pie, plumas de ave de hierro dorado y suelo frío,
viejo brasero,
caja de galletas escondida, armario con olor a naftalina,
zapatillas pisadas por detrás, puertas de madera,
manos y labios de niños contra cristales rugosos amarillos,
batín, blusa , lupa, historias,
tiempo,
voz,
gafas, libros,
caída, miedos, preguntas, sabiduría, bastón,
cola de perro golpeando mi pierna, tele encendida,
manos pelando la fruta,
fotos antiguas en el salón, risas, medio sonrisas, miradas,
mano amiga, suave mano pequeña y amiga, señales,
silencios,
tranquila.
Estoy tranquila.

martes, 23 de enero de 2007

Abismo

Mujer que agranda su pena callando
palabras que no brotan de su garganta cansada
de hablar nada.

Es mujer sola,
mujer una en el abismo
frente al vacío de dar palos de ciego palabras,
sonando huecas contra paredes de cal.

Palos de ciego encerrado
golpeando cimientos hasta encontrar
esa forma de palabra extraña
que abra la puerta de su alma
suspendida en el vacío...

Y caiga...

Abismo de vacío lleno de ella.

lunes, 22 de enero de 2007

Tarde de domingo

Tarde perezosa de domingo frío.

Durante mi paseo me he cruzado con pocas personas, la mayoría solas, algunas en familia. Familias que salen gritando de un restaurante y que rompen airosamente mi silencio de tarde perezosa de domingo frío. Los miro de reojo, me tapo el cuello con varias vueltas de bufanda, escondo las manos en los bolsillos y continúo mi camino. Un señor alto pasea a un perro, parece despistado, medio dormido, parece que sea el perro el que le saca a pasear a él. Veo a lo lejos a una mujer muy mayor, apoyada en un bastón que apenas puede dirigir su lento caminar hinchado sobre la acera. Inclina el cuerpo y la cabeza hacia la derecha y me da la sensación de que no va a llegar. Me da mucha lástima de pronto, no entiendo qué hace una mujer tan mayor, tan sola, en esta tarde húmeda de domingo, desafiando un camino. Preferiría verla rodeada de una familia que la cogiera del brazo derecho hasta que llegara a casa. Aunque su familia saliera ruidosa de un restaurante. No me importarían sus voces esta vez, lo prometo, si la llevaran a ella del brazo.

Sigo caminando y respiro las calles desiertas. Maldigo una vez más este espíritu atormentado que me acompaña siempre y busco un pretexto para recordar. Busco una canción en la memoria, una palabra en susurros que me hizo notar tu piel al otro lado de la línea. Misterios que unen las vidas. Todavía puedo volar.

Hoy me puse mis zapatillas, me acordé de vosotras.

Las tardes de domingo no se parecen a las demás tardes. Son silenciosas, son extrañas, como sacadas del tiempo, como las mañanas de año nuevo. Las tardes de domingo perezoso de frío se han salido del reloj.

viernes, 19 de enero de 2007

Espejo

En el espejo, la vida,
mercurio entre mis dedos que se va,
reflejo diferente en la tapa de una lata oxidada
moneda de dos caras lanzada al azar. Trampa.

En el reflejo, callado,
que te tiende las riendas que no ves,
que al volverte a mirar se quiebra diferente,
vida pasando por tu espejo,
mercurio escurridizo entre los dedos.

jueves, 18 de enero de 2007

Hay días

Hay días en los que me da miedo escribir, hoy es uno de ellos.
Días en los que mis palabras no pelean entre ellas jugando a ver cuál será la primera que consigue que esboces una sonrisa, días en los que me arriesgo a que se conviertan en pequeñas lágrimas ordenadas que caen secas sobre el papel. Precisas gotas negras sobre blanco nieve. No me preguntes porqué, no hay razones válidas, sólo si hay días en los que te da miedo escribir me podrás entender.
Las palabras no mueren, se encierran a veces en burbujas para meditar. Volverán a intentar hacerte reír, emocionarte quizá, pero no hoy. Hoy es uno de esos días en los que me da hasta miedo escribir.

miércoles, 17 de enero de 2007

Poeta

Ojos pozos profundos de miel
entornan callados.

Pesada paciencia diurna
musita las horas,
y no hay flor que arañe en el costado
la fina franja de poeta
dibujado en el anverso de su vida.

lunes, 15 de enero de 2007

Una maravilla

La voz velada
Juan Ramón Jiménez

Mi vida es cual un roce de sedas que cantaran
como pájaros tristes de pálidos colores....;
cuando sale la luna, los pájaros se duermen
y sólo queda la memoria de las voces.

Una memoria desteñida y deshojada
lo mismo que una de esas estampas interiores,
que tienen frondas malvas en sonrosados cielos
y ríos amarillos y nubes tornasoles...

Mi vida canta igual que un parque que ha callado,
sin pájaros, entre el encanto de la noche..
¿Los cantos se callaron?- ¡Los cantos no se callan!
Se van... y vuelven, con cadencias de ilusiones.

Y hay ojos que los siguen, como si fueran pájaros
de música, de bruma de música, de flores
de música, que suben al cielo, que retornan,
que llegan a las manos, pero que no se cogen...

...Cuando sale la luna, los pájaros se duermen
y sólo queda la memoria de las voces..,
una memoria desteñida y deshojada
lo mismo que una de esas estampas interiores...

domingo, 14 de enero de 2007

Ojalá

Ojalá caiga tu muro invisible antes de piedra
Ojalá miremos hoy a la luna sin miedo
Ojalá podamos andar sin caer al vacío
sobre el borde de aquella cornisa
Ojalá descubras en aquella esquina mi sombra,
descosida y sola sombra
Ojalá aquel roce de mano acaricie perdidas las horas
Ojalá tus palabras que envuelven mis trozos rotos dormidos,
rendidos sobre la tierra
Ojalá vuelva aquella canción que sabe a tu risa,
cascada de risa.

viernes, 12 de enero de 2007

Costa nueva

Cae arena,
sol que asoma lavando de bruces las piedras
con agua materna.

Costa que vive de espaldas al mar,
costa nueva golpeada,
ciega el martillo la costa a base de
ladridos de perro que se ahoga.

Ladridos de perro martillo que golpea la costa,
sol que se estrella sobre el mar de luces
que lava de bruces las piedras con agua materna.

miércoles, 10 de enero de 2007

Día raro

Hoy ha sido un día de esos raros.

Raro de narices.

martes, 9 de enero de 2007

Olores (lejanos)

Olor fresco a las sábanas de la cama de mis padres, a su almohada.
Olor del frío de Serra, olor de la chimenea, olor a humo de leña, a niño abrigado, a resina de pino, a manos y nariz heladas, olor de la estufa con una luz roja que me acompañaba hasta dormirme, clic de la estufa que se desconectaba y se volvía a conectar, olor a luz roja de noche de estufa que me calienta muy cerca.
Olor a paquete de Ducados en el bolsillo del vaquero de mi padre, olor a pulseras cantarinas en las muñecas de mi madre.
Olor de la despensa de mis tíos de Sevilla, olor dulce de despensa grande, olor a caja metálica de galletas, olor de baldosas amarillas, olor a viaje, olor a asientos marrones de coche, a gasolina, olor a canciones de Serrat, olor a niños cansados, dormidos.
Olor de cruasanes de chocolate de mi tía Juli, olor a Jueves en casa de Hellen comiendo cruasanes de chocolate de Juli, olor a fotos y a moqueta, olor a las colonias del tío, olor a voz bajita de radio en la cama de mi tía para dormirnos. Olor distinto de madrugar en su casa, y su cuarto de baño. Olor de mañana de Viernes distinta.
Olor de las colchas de las literas de mis hermanos, verdes con dibujos de la selva, olor a su cuarto, madera, olor a armarios abiertos con ropa colgada, trencas de niño envueltas en fundas plástico, olor a bandurria guardada, olor a altillos.
Olor de la cara arrugada de mi abuela, a su crema de día coloreada, a su colonia fresca, a sus ojos mojados que se seca con un pañuelo de tela, olor a su bolso negro. Lejano el olor del pelo peinado del abuelo, siempre bueno.
Olor a Nochebuena borracha de niños corriendo por todo el pasillo, olor a casa distinta llena de gente, olor a horno, olor a ruido, piernas de personas por todas partes, pisadas que resbalan, carreras.
Olor a mi habitación de niña sola, a cama grande, olor a cuarto distinto, a niña que quiere jugar como un niño.
Olor a las teclas de goma del primer ordenador de la casa, olor a coche nuevo en el garaje, olor a la primera cadena de música, olor a disco.
Olor a mañana malita sin cole, olor a la radio lejana de la cocina, olor a mi cama, olor a tebeo, olor a batín, a escalofríos y a fiebre, a agua que sabe diferente, olor a cuidados de madre.
Olor a libros y a pipas, a sal de las pipas sobre las páginas leídas a mitad del día, olor a comida en la casa, olor a zumo de limón de Encarna, olor a risas en la mesa y a peleas, a gritos.
Olor a cuarto de los juguetes, a mesas de estudio, a Sábados por la mañana viendo sentados en el suelo la tele.
Olor del pasillo más largo del mundo.

lunes, 8 de enero de 2007

Necesitamos

Necesitamos bajar a la altura del niño
y ver las cosas desde sus ojos,
necesitamos sonreír,
necesitamos mirar más,
sonreír, mirar más, darnos cuenta de lo que tenemos.

Necesitamos abrir ventanas,
comer blancos y negros en bocatas,
necesitamos mirar hacia adentro,
necesitamos preguntar.

Necesitamos no hacer caso a esa voz de malo que nos tortura,
necesitamos escuchar al que está a la altura del niño,
necesitamos de vez en cuando llorar y expulsar rabia,
necesitamos darnos la mano, emocionarnos con nada,
pasear mirando todo como nuevo.

Necesitamos despellejarnos como las serpientes para poder encontrar.

domingo, 7 de enero de 2007

Proverbio chino

Un hilo rojo,
invisible,
conecta a aquellos que están destinados a encontrarse.

A pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias,
el hilo puede tensarse,
enredarse,
perderse
hasta casi desaparecer,
pero nunca podrá romperse.

sábado, 6 de enero de 2007

Tren

(fragmento)

Y todavía hoy, cuando esa música resuena en tu memoria, detienes tu vida, y la congoja te aprieta la garganta, y te llena de vidrios los ojos, de vidrios que te duelen por no poder verla. Y deseas con toda tu alma volver a su piel de seda, volver a navegar con su vela, volver a tocarla...., hoy que ya no está.

Y piensas que todo lo anterior a ella no existió nunca, que tu verdadera vida empezó un día, aquel día, con un puente, un tren que pasa, un cruce de almas y ojos de huir, que todo empezó con ella.

viernes, 5 de enero de 2007

Carta a SS.MM.

Queridos Reyes Magos....
pido mucha paciencia para aguantar las largas colas de gente para pagar en las tiendas. Pido que no me entre taquicardia cuando se me cuela descaradamente ese viejo murmurando "no pasa nada, no pasa nada", pido reprimir mis instintos más animales dirigidos a su calva, pido carbón para él; pido que mis piernas no flojeen cuando la muchacha que envuelve regalos va a cámara lenta y encima mide mal el papel una y otra vez, pido no quitarle el regalo e intentar poner yo el celo de cualquier manera ya que ella le quiere dar forma; pido que ella sepa que me da completamente igual cómo quede, que me quiero ir ya; pido que sus jefes le programen la "doble velocidad" estos días; pido un poco más de suerte a la hora de elegir la cola para pagar, ya que aunque elija la corta siempre tarda más; pido que no pongan lacitos en los envoltorios, quedan muy bien pero los minutos se convierten en horas; pido que no se estropee otra vez el cachivache de pasar tarjetas justo cuando estoy llegando; pido a esa mujer que está a mi lado que deje ya de darme con el canto de su regalo en la pierna izquierda, pido que no me diga otra vez "perdón" y que en lugar de eso se coma el canto de su regalo con patatas; pido no estar resoplando mientras espero, ya que no consigo nada, sólo perder fuelle; pido a ese niño que deje ya de dar vueltas a mi lado como la hormiga atómica, que me marea; pido que acabe pronto esta locura de todos.....

jueves, 4 de enero de 2007

Pareja

Caminan despacio unos pasos por delante de mí. Andar sinuoso, al ritmo de las ruedas de una maleta, ruedas que rompen el silencio atolondrado del suelo. Ella lleva una cazadora de color rosa claro, ribeteada la capucha de pelo. Rodea con su brazo la cintura de él, y se deja caer un poco sobre su hombro. Hablan. Con la otra mano arrastra las ruedas con ruido de maleta que llena la acera. Él también la acompaña por la cintura, cruzando su brazo con el de ella. Parece más joven, tienen la misma estatura, seguramente la misma edad, pero parece más joven que ella. Hablan. Caminan despacio describiendo mareas con sus piernas enfundadas en vaqueros de marca con las orillas gastadas. Él viste una camiseta de manga larga y rayas finas horizontales rosas y grises. Combinan con el rosa desgastado de la cazadora de ella. Caminan despacio, dibujan sus zapatillas garabatos sobre una calle que hoy no tiene que nada ver con ellos. Ella arrastra la maleta y rodea la cintura de él que rodea la de ella. Hablan. Ajenos a todo, caminan despacio, casi bailando y hablan. Sonríen. Se besan.

miércoles, 3 de enero de 2007

Des-propósitos

Lo que más me gusta de comenzar un nuevo año es esa recopilación de propósitos imposibles que nunca puedo evitar dejar de hacer. Año nuevo vida nueva, dicen, aunque todo siga igual. Antes me los creía, y me sabía mal no cumplirnos, hoy ya sé que basta proponerlos para se esfumen. Ahí está el truco. Por ello, este año voy a jugar al despiste y escribiré un catálogo de des-propósitos, un catálogo abierto que puede ir cambiando como yo lo hago (que para eso es mío), a ver si así...

- No dejar de fumar.
- Andar más recta por la calle, me veo y queda mejor.
- Apuntarme las cosas pendientes del día. ¿Todas? no, todas no caben, con alguna suficiente.
- Dejar en su sitio las cosas en las tiendas, cuando las toco y no las compro.
- Dejar esas mismas cosas que toco y no compro, además de en su sitio, ordenadas.
- Dejar salir antes de entrar.
- No mirar con cara tan rara a esa tipa con tetas descomunales y labios desbocados. Allá ella.
- Mirar a los ojos más. Me gusta.
- Que no me resulten tan patéticas las señoras que se operan la cara, y se quedan en mueca. Allá ellas.
- No acumular tantos papeles, papeles, papeles...
- Que no me dé tanta pena tirar, porque si no el anterior (de los papeles) no se puede cumplir.
- Leer mis libros, pero de uno en uno, como los normales.
- Ir más a mi montaña.
- Ponerme más mis zapatillas verdes con letras rojas. Zapatillas de Huida.
- Modernizarme con la música, pero seguir desafinando (más moderna) en mi coche.
- Cervezas, cervezas, cervezas, con Ellas.
- Vaciar el bolso que ando ya de lado.
- Jugar más por los suelos con cachorros. Mucho más.

De Evita

Un regalo que nos hace. Siempre gracias.

Caos, paz, un vespino rojo, algodón, risas, chocolate, el niño de Lore que huele a galleta, un cubo sobre la nevera, lápices, besos, calor y frío, la chimenea, una guitarra, mi bosque, un "Te quiero" a bocajarro, mejillas rojas, una camisa fea de cojones, las manos infinitas de Mario, un dolor incomprensible, tranquilidad, el reflejo de la luna, su sonrisa ( la de la luna), la respiración de Álvaro cuando duerme, brújulas, un globo azul, mi temblor, caricias, sueños, una sombra, las jeringuillas de mi abuelo de cristal, las palabras de Lore que saben a cerveza y huelen a ternura, la indispensable pesadez de mi madre, la sabiduría que cuestiono de papá, la metódica rebeldía de mi hermana Marta y la terrible alergia de mi hermano, los recuerdos de mi hermana que se fue un día en Agosto y no volvió, la absoluta necesidad de ese señor con camisas de Pedro del Hierro que busca excusas para la depresión, aquel bebé que no nació y aunque dicen que me lo sacaron mienten, los curiosos ojos de Gonzalo y el culo de mi niña, los recuerdos de mañana, espejismos disfrazados de forma inconsciente buscando sobrevivir, soy: una princesa de piernas largas y flacas que calza zapatos de payaso y que viaja en un vagón de madera, al son de acordes de guitarra, que lleva una sonrisa dibujada con tinta permanente, que perdió su corona en algún charco, que ayudó a una vagabunda a construirse, que tiene las manos llenas de mágicos medicamentos para el mal ajeno, y que a veces, cuando está segura de que nadie la ve, llora.

lunes, 1 de enero de 2007

Igual

¿De dónde sale esa euforia común que riega una noche extraña que no deja de ser una más?, ¿quién nos creemos que somos al vibrar agitadamente juntos y besarnos como si nunca antes lo hubiéramos hecho?... Encuentro algo extraño en las risas compartidas en estas fechas señaladas, aun participando de ello. Anoche, sin embargo, nada más tomar las campanadas, nada más tocar las uvas, después de haber hecho una foto a los personajes en pleno atracón masivo de fruto de vid, después de haber perdido la cuenta una vez más, desaparecí tras una sombra y, abriendo el balcón, me encendí un cigarro como si fuera el primero del año, aspiré, y miré a la calle.

Todo sigue igual.