jueves, 29 de noviembre de 2007

Cenicienta

Tocan las doce de la noche
y una mujer desviste sus andanzas al borde de una cama,
caen de golpe las voluntades
y con lo poco que le queda de fuerza
enciende un cigarro,
entorna los ojos, y saca el bisturí entre las sábanas...

Comienza la disección,
primero el disfraz segundo la piel
tercero una niña pequeña que no debe llorar
aunque lo desee con fuerza...

El acero tampoco alcanza hoy a llegar al fondo,
y es tarde,
será cuestión de coserse otra vez y dormir
y esperar a que lleguen de nuevo las doce
disfrazada de turbia cenicienta.

martes, 27 de noviembre de 2007

Trizas

De pronto quieres largarte, desaparecer, hundir la cabeza en una almohada llena de sueños y meter una pierna y luego la otra y colarte por ella, o sacarle las plumas y la pelusa y jugar, o tener una granja, o un paraguas que nunca vas a utilizar aunque te inundes de lluvia, varios perros que te dará pereza cuidar, o ese look más definido que no consigues ni aposta.… sacarle la lengua a ese señor bigotudo que se ha saltado el semáforo, o lustrarte los zapatos aunque sea por una vez. No reírte cuando toca.

De pronto te quieres salir de la vida y abstraerte en ese trocito de acera que dejaste libre por si acaso.

De pronto los símbolos dejan de ser símbolos para ser algo más en la lista de cosas que sencillamente están. De pronto una idea.

De pronto una ciudad.

De pronto una mujer que quiere largarse y desaparecer, hundir su cabeza en una almohada llena de sueños y meter una pierna y luego la otra…

viernes, 23 de noviembre de 2007

Maestro de caja y cuna

La postura eleva una pose en el comienzo de un discurso
y un deje interrogante enclaustra el miedo entre paredes de piel y ropa. La vulnerabilidad de un hombre en abrigos de letras
arranca en dualidad de conceptos sobre verde pizarra y verde,
sobre el horizonte inconcluso donde termina la enseñanza
y comienza la sed del enseñado.

Llega el final de un asalto a dos voces
el cabeceo de una pluma secando a virutas
un mordisco a la ignorancia,
y el maestro queda solo
en la sacudida al templo de su cauce,
ríos de sillas y sombras
y nombres tendidos en la cuerda de los ecos,
y vuelve el desnudo
a sortear un cigarro en una mano
y en la zurda otro y en la caja
la cuna de un alumno que espera.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Cadena

Nace de una cabeza tendida sobre la almohada
frente sudando tu olor,
de sueños enlazando una cortina
en el vaho que riega el cristal,
de las olas de aquel mar
atando a las entrañas el vértice de la paciencia.

Nace de la canción y el titubeo
de sombras vestidas en traje de domingo
y piernas cruzadas y un suelo hiriente,
de voces repartiendo a diestro y siniestro mudez
buscando entre los rescoldos margaritas
de corazón y un terciopelo amarillo.

Nace de un suspiro
de una vagancia en las letras
del negro sobre el fondo
y blanco
de una lengua que empuja los besos
y emerge en eslabón y hierro sobre la nube.

Nace y muere en una cabeza tendida sobre la almohada
frente sudando tu olor.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Vuela paloma vuela

"Después los globos no vuelan tan altos..." Paloma Ángel

Oscurece el día
y en el rostro de una niña unos ojos
vuelan alrededor de la sombra
de una lámpara en el techo.

Las mejillas tiritan
y la niña intenta sumergir su sueño en el peso de una manta
y juega a partir su respiración en pedazos pequeños de aire frío.

Y su amiga es su enemiga en el estante de la pared izquierda,
una muñeca de trenzas rojas y sonrisa estática y vestido de rayas finas rosas y blancas
y al final de las mangas puntilla,
dos zapatitos negros colgando hacia un lado.

Sonríe la muñeca y la niña
disipa los miedos contando
una
dos
tres
cuatro
cinco ovejitas y no viene el sueño,
y las imagina reales
mientras ahuyenta
con cada oveja con cada salto
una pena.

Y puntea en la memoria una nota musical,
una sala, un piano, y desea que vuelva mañana,
y no brilla hoy una gota salada sobre la piel...
es tan sencillo como dejar sueltos aquellos globos
de colores y plata que vuelan palomas vuelan.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Versión Original

desde otra cara del espejo

Noche tranquila,
motores de fantasmas
componiendo la versión original
de tu nueva película,
la canción de un largometraje a cámara rápida.

Motores de coche invadiendo la atmósfera
en la respiración de la casa que habitas.
Uno arranca ahora,
y parece que va a marchar solo,
porque a estas horas piensas
ya no existen las personas.

Te recuerdas sabueso de una prosa que no llega
de un poema una palabra que no es más que tu propia soledad
enfundada y sin nombre.

Y ahora es,
desnuda de vida urbana
cuando tiemblas,
y te sientas frente a la cámara
para intentar desquiciar de nuevo
tus propias entrañas bailando en cada letra,
paseando tu palo de ciego por los rincones más sucios del mundo,
y ya no buscas,
planeas situándote entre
una mera espectadora
y la voz que desangra una noche...

Esta noche, una noche cualquiera.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

V.O.

La noche está tranquila. Motores fantasmas crean una versión original de tu nueva película. Porque al final estos coches son eso, la canción de tu largometraje a cámara rápida.

Los motores de la noche siempre invaden la atmósfera de la casa que habitas. Uno arranca ahora, parece que va a marchar solo. Porque a estas horas es difícil digerir que todavía existan las personas.

Recuerdas la incansable búsqueda por las librerías, por las tiendas de tu ciudad, de algo que sentías cercano y lejos. Y no era nada más que eso. No era más que tu propia soledad enmarcada en meros objetos.

Y ahora, es desnuda de vida urbana cuando te sientas frente a tu cámara, y no descansas. Escribes de nuevo intentando desquiciar tus propias entrañas en cada letra. Paseas tu palo de ciego por los rincones más sucios del mundo, y ves que no llega. Que es eso lo que esperabas. Que atrás quedó la mujer que duchaba una misma canción todas las mañanas en el cuarto de baño de aquella casa.

Y ya no buscas. Tan solo planeas y te sitúas entre una mera espectadora y la voz que desangra una noche. Esta noche. Una noche cualquiera en la que los motores de los coches recrean la versión original de tu nueva película...

... y un motor arranca. Y parece mentira que a estas horas hasta existan las personas.

sábado, 10 de noviembre de 2007

De los blogs y otros demonios

Me han hecho una encerrona. Sin links y todo voy a intentar responder.

La Srta. Nüsh, una bella vieja con cuerpo de niña, me ha nominado o no sé qué. Ella es linda por naturaleza, y eso provoca en mí tal sentimiento que se me remueven los ancestros y ellos hablan…

Y de cómo los blogs me hacen pensar. Dos puntos.

Como no voy a decir nombres me reconozco desde ya una cobarde. Como no voy a linkear también me reconozco antigua.

Y llegan los blogs. El primero el de una mujer a la que recurro para sobrealimentarme, para copiar su tecla de una manera de esas de que no se note.

Después una revista subida a un tren.

Después el mío.

Primer punto de inflexión. Hablo. Y por primera vez.

Dudas

y una obligación de postear una vez al día. Tipo deberes. Con bocata de nocilla.

Después largo. Y escribo y leo. Y poco más.

Segundo punto de inflexión, unas personas que hicieron de su mundo el mío. Mi hermano. Mujeres sorprendentes. Locos. Respeto y risas.

Después más y me detengo y más.

Conclusión: esto es una mierda. Al final mi blog me ha vampirizado. Y al final para poder pensar tengo que leer a algunos de vosotros.

Pues punto.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Metamorfosis y un cambio

Y siguen las mismas rutinas, las mismas tareas pendientes, las mismas prisas, la misma nocturnidad, y el mismo cielo arriba. Y sigue la misma anulación primitiva del orden.

Y hasta la terraza es parecida, alumbrada por la respiración de una colilla mal prendida, por el humo, por la cuna de unas piernas que se acurrucan en la espalda de la insomne apoyada en el cristal. Y sólo cambia en el paisaje la bicicleta roja, los paquetes de arena, los maceteros pintados a mano de niño... y las palmeras. Lo demás igual.

O casi.

Porque encuentras una. Una sola carta que ya marca la diferencia. Un comodín que se metamorfosea con la lengua y con eso te basta.

Basta para seguir barriendo baldosas, para seguir saltando de una a la otra con los zapatos grandes y sucios que parecen de chico. Basta para dejar de dar importancia a la cara recostada sobre el lado derecho, a los símbolos. Basta para dejar de pensar.

Y el recorrido te va regalando fragmentos de viejas búsquedas, de ladridos de un sabueso drogodependiente de todo y de nada. De un vaiven, de una noria, de un charco que se va secando y hace emerger esa sombra que baja la cabeza y mira, con esos ojos castaños y raros e insistentemente indiferentes.

Pero no. No te engañes. Cualquier respiración puede ser la última.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Poética

El gigante se engulle en noches insomnes
en un círculo
en la maraña de paredes
que adornan un tapiz sin luna.

Un desierto,
una manada de gusanos persiguiendo al cíclope
comiendo de la arena de sus ropas
dejan desnudo al poeta
en la semilla de un útero en un vientre.

Rojo sobre piedras blancas
pulidas y lágrimas
de un monigote que vomita hacia dentro
quejidos...

Y sangran las puntas de los dedos
y un trasiego de teclas
lame un puñado de versos inacabados,
y brotan diez hojas
y el gigante varado en la tierra
abre los ojos y en fiebre
roza el verdor del tallo del primer latido.