lunes, 29 de septiembre de 2008

Tormenta en sábana

La cama se resquebraja…
olas blancas se han llevado la carne
y dos vientres hambrientos muerden el colchón…

Hoy la bandera roja
anunció tormenta,
las sábanas desvistieron su función arropadora
llenando de sal
unos ojos insomnes
que sin lágrimas
lloran…
calumnian
contra el temporal que se está llevando sus barcas,
blancas barcas sin velas
asistiendo al último naufragio de la madrugada…

Son las cinco,
ruedas de coches pisan las olas,
resuena la angustia
y los párpados antes de caer
miran,
miran al centro de la cama…
se resquebraja...
dos vientres hambrientos muerden el colchón.

martes, 23 de septiembre de 2008

Saludos insomnes

Saludos desde la corteza de un colchón
desde el tejado de la nube
donde los sacos de lluvia aguardan reprimidos.

Saludos desde los minúsculos pedazos de papel
que rompen la unidad
el cascarón el equilibrio
desde la piel seductora de todas las llagas del mundo...

Saludos desde la mitad del trayecto
el suicida coronando una pestaña,
desde el fondo de la palma de la mano de una vieja
vidente del vértigo.

Saludos...

... desde el final de un paso
desde la nada que lo habita
desde la lengua cortada a las seis de la mañana
por dos vidrios en las pupilas de una mujer cualquiera...

viernes, 12 de septiembre de 2008

Calendarios

El único calendario que consulta Loredhi es el que se apoya en la mesa de su trabajo. Anuncia un taller mecánico que no conoce ella pero su compañera sí. Cuando Loredhi consulta el calendario no ve más allá de números y de días de la semana que se ordenan en su cabeza en histórico orden: mirando al frente, a su izquierda el lunes, en el extremo derecho el viernes, y el findesemanatodoredondo hasta tocar domingo a lunes…. Igual que los meses del año, igual que las estaciones… El único calendario del mundo que consulta Loredhi es el de la mesa de su trabajo. Los demás, los que le regalaron taxistas, amanecen caducados en el fondo de su bolso…

Loredhi odia las unidades de medida, pero por las mañanas consulta obsesiva el reloj digital de su coche, y cuenta los segundos que quedan, y parece que al final va estallar una bomba… odia odiar algunas cosas, entre ellas ésta, pero le resulta de todo punto inevitable… como los celos, como la rabia, como la mala leche que algunas veces le entra por causas muy diversas… . Loredhi odia las unidades de medida, y fuera del trabajo, las únicas cifras que anota suman menos de diez…

Muere una persona, y a Loredhi se le caen encima todos los días del año.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Agazapada

Loredhi vive agazapada tras unas rodillas con costras.

Loredhi camina a diario y conduce y comparte su tiempo con personas y piensa, agazapada, en cartas que nunca escribirá. Loredhi recorta las imágenes que bailan a su derecha y a su izquierda y monta un collage esquizofrénico de personajes absurdos y no.

Le sube el volumen.

Loredhi borra nombres e inventa palabras que después olvida. Y es que la memoria a Loredhi se le perdió cuando rodó por aquellas escaleras de Serra con la edad de siete años; aquel día que se le partió el labio de abajo y unas manos de vieja le untaron de aceite de oliva la boca. Esto a Loredhi le da una mezcla de asco y de cariño, pero ya ni a ello vuelve, apenas tiene tiempo para pensar un poco, para enumerar mentalmente listados de cosas, ni para seguir con la frágil manía de llenar sobres de arena para cartas que no llegan.

martes, 2 de septiembre de 2008

Cuatro paredes

Cuatro paredes gotean la vela amarilla,
ríos de voces en el interior del oído de un sordo…
imágenes, angustia que anida bajo el antebrazo
y música intermitente encharcando los dos hemisferios.

Cuatro paredes gotean
sangre sobre la tecla erre
sobre la tecla erre
y ya es roja…
Ufanos fantasmas
asoman la punta de un pie
por debajo de la cortina…

Cataratas…
miedo color rojo en la escalera…

cuatro paredes gotean encierro.