jueves, 9 de julio de 2009

A veces viene la tristeza

José Ángel Valente

A veces viene

desde la tierra misma la tristeza,
viene desde el amor,
desde la ausencia del amor,
desde la piedra o el vegetal al hombre.

A veces está ahí oscura o despedida
por un pecho inocente.
A veces viene la tristeza de un lugar o del aire,
de la amistad caída o de un nombre vacío.
del sueño o de la infancia,
de una palabra que no pronunciamos,
de lo que creímos y ya no creemos,
de la esperanza y la desesperanza,
de la dura corteza del amor.

A veces viene la tristeza.

A veces hay en la tristeza odio,
ausencia y odio,
ceniza y rostros olvidados,
viejas fotografías y silencio
y una larga desposesión.

A veces viene, irrumpe
como un don invertido,
como un don que se da y no se recibe,
como lo nunca dado a la esperanza
o lo que, en fin, se acepta y da, pero no puede vivir.

A veces viene.
Viene o está.
A veces hay en la tristeza odio
y arrepentimiento y amor.

miércoles, 8 de julio de 2009

Árbol negro

Photo by Christian Coigny

"... que cuando todo te hierve

una estela de hielo se esconde entre los labios". María Peiró


Me perdonas

que cuando todo me hierve

una estela de hielo se me esconda entre los labios,

que amordace las palabras con escarcha me perdonas

que esté seca de gemidos,

que no aúlle ni siquiera por las noches cuando aúllan las estrellas,

que entre terca en esos sueños que golpean a mi almohada

y adormezca las ideas en pantanos desbordando los colchones.

Me perdonas, que no me vuelva mientras camino tan derecha que doy miedo,

tan derecha que ese temblor de hoja que es muy mío no se note.

Me perdonas que no me abastezca de caricias,

que salude a aquella anciana, servicial, que le ayude a cruzar

y que no vea que las migas van cayendo del bolsillo.

Me perdonas por lo altiva y militar

por lo insolente de mi lengua afilando pupilas a las seis de la mañana,

me perdonas,

que no parpadee,

que no respire,

que mientras la nostalgia rebate voluntades

crezca un árbol negro dentro de mí.


lunes, 6 de julio de 2009

Matryoshka


Inmóvil como una matrioska de madera sola comienza el descenso bajo la piel. Es la madre primera. La huérfana.

Bajo el oscuro rincón se abre la primera capa, una sonrisa forzada se pinta agridulce y recibe la sacudida de olvido. Es la madre segunda. La desarraigada.

Se abre lateral la enorme barriga y asoma un corazón sangrando coágulos con forma de navaja de media luna. Es la madre tercera. La visceral.

La sal empapa la cicatriz, un torrente de diminutas lágrimas heladas calcifica otra figura. Es la madre cuarta. La melancólica.

Una pequeña y maciza asoma sacando la lengua. Es la madre última. La puta.