lunes, 26 de octubre de 2009

De costado

Te tumbas de costado y mi almohada. Me dejo caer sobre el borde de la cama y te miro que miras mi reflejo y no lo sabes, entornas los ojos, humedezco con la lengua mi dedo anular y la cremallera baja. Te miro en el reflejo y me miras. Escondes la sonrisa en el cubre que dobla tu lienzo bajo su mejilla y suspiras, hago como que no te escucho, hago como que siempre ha sido, hago que me he sacado las botas sola. Te miro de soslayo e insinúo un detalle de dolor al girar la cabeza y preguntarte. Te pregunto no sé qué cosa y me desdibujo de frente otra vez, te regalo la sombra de mi tronco, y te huyo de cara. Retiro el cansancio de una manera no disimulada y acaricio varias formas de cadera. Te miro en el reflejo de la ventana y no sabes que lo hago, y miras y sonríes y me intuyes y me dejas en pausa. Descubro mi espalda y sacudo la cabeza entonando la columna con intencionalidad.

El mentón se tiñe de orgullo y no lo has visto.

martes, 20 de octubre de 2009

Evocación y Silvio

Siempre Silvio siempre Silvio,
y aquel pasillo con forma de T,
demasiado estrecho,
demasiado húmedo,
al fondo la habitación azul.

El suelo brilla por el reflejo del alógeno
y la habitación azul.

El escritorio blanco,
una butaca de despacho de piel negra daba de mamar.

Silvio Silvio siempre Silvio,
aquel pasillo aquel,
aquellas voces del televisor al fondo,
ruidos de juguete, algún niño,
y aquella esquina aquella estufa con un calcetín,
y la habitación al fondo,
el escritorio,
la víscera a punto de caer,
aquel crepúsculo dominante
aquel retrato aquel,
aquel retrato azul de la montaña aquel.

martes, 6 de octubre de 2009

Preguntas

Para Lore

Qué te voy a decir
que tú no sepas.

Te plantas ante mí
absorta en los entumecimientos de tu mente,
sonríe el sudor sobre el labio,
lanzas tus flechas, colores despeinados,
singular apatía y sonrío,
¿qué te voy a decir?
que entre tanto cacareo me vuelvo ceniza,
que abortas el desamparo nocturno que me envuelve,
la sinrazón de mi crónico insomnio,
la estrechez de mis temores,
¿qué te voy a decir?,
que me desmiembro en los lugares ciegos que miras de manera inteligente,
que recuento un inventario de dolores cuando la luz se va.

Qué te voy a decir
que tú no sepas
poseedora del cáliz,
sabia dormida desarrollando pieles.

domingo, 4 de octubre de 2009

Evolución de domingo

Salvamos un domingo al descubierto,
la lucha de monstruos,
una larga cabellera de reloj,
trepamos por los muros,
fantasmas,
sacamos las espadas para herir de muerte al prójimo,
tocan las teclas del piano sobre mi frente,
cerciorarnos de que sufre.
Salvamos la tarde a un domingo sin alas,
al papagayo de piel lisa que nos revuelve las tripas,
torcemos el gesto, acribillamos mosquitos con las pestañas,
hemos relamido el poco tabaco,
la casa suda,
robamos las cerillas de los estancos para quemar.