A Víctor, por el título y por su confianza
Corcho manchado de vino,
reflejo de placeres
que ayudan con vaho a esfumar fantasías.
Y mira la vida, cárcel de barrotes
atados con cuerda teñida de rojo
y ventanas en las jaulas que nos adornan la estancia.
Y voces que murmuran palabras bonitas
y gritos que no dejan escuchar,
y piedra y rosa en nuestra cómoda,
y rosa y piedra, corcho manchado de vino.
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