(fragmento)
Y todavía hoy, cuando esa música resuena en tu memoria, detienes tu vida, y la congoja te aprieta la garganta, y te llena de vidrios los ojos, de vidrios que te duelen por no poder verla. Y deseas con toda tu alma volver a su piel de seda, volver a navegar con su vela, volver a tocarla...., hoy que ya no está.
Y piensas que todo lo anterior a ella no existió nunca, que tu verdadera vida empezó un día, aquel día, con un puente, un tren que pasa, un cruce de almas y ojos de huir, que todo empezó con ella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Y es que todo empezó realmente con ella, en un tren...
Me encantan los trenes anónimos, de los que solo se puede oir su vapor y no tienen ningún destino, porque son viajes sin estacion de partida y te regalagan viajes infinitos.
A mi también me gustan mucho los trenes anónimos, pero con lo de vapor te has pasado. Me confirma tu antigüedad
Apego.
=)
Publicar un comentario