La postura eleva una pose en el comienzo de un discurso
y un deje interrogante enclaustra el miedo entre paredes de piel y ropa. La vulnerabilidad de un hombre en abrigos de letras
arranca en dualidad de conceptos sobre verde pizarra y verde,
sobre el horizonte inconcluso donde termina la enseñanza
y comienza la sed del enseñado.
Llega el final de un asalto a dos voces
el cabeceo de una pluma secando a virutas
un mordisco a la ignorancia,
y el maestro queda solo
en la sacudida al templo de su cauce,
ríos de sillas y sombras
y nombres tendidos en la cuerda de los ecos,
y vuelve el desnudo
a sortear un cigarro en una mano
y en la zurda otro y en la caja
la cuna de un alumno que espera.
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2 comentarios:
ya soy alumna pero aun no salí de mi cuna, sigue siendo un placer leerte.un puro de donde???de los de tertulia y saboreo....besets
bruji,
el puro de la caja,
y es al gusto del consumidor
o
consumidora.
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