El ovillo de las olas arrastra
esta tarde
de naranja y yema...
Ojos semidormidos en la puerta de un cine
cierran el café y el lunes
respira en la cristalera de los suelos inundados de hojas...
Crujen los huesos
y ya no se mira en el estanque de imágenes
papel de superficie
y vida que se fue al fondo,
y ya no busca el lugar donde se enterraron las últimas palabras.
Y ya no intenta contener el aire...
Respira...
sólo quiere bailar
dejando caer la espalda sobre una sonrisa.
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2 comentarios:
mi espalda está baldá de sonrisas que incluso duelen. me encanta tarde de cine pero me voy a tener que conformar con noche....que tampoc está res de mal.y este lunes en concreto pesa, pero lo he superado y con nota te cuento pequeños detalles en breve. besets
bruji,
yo hace que no voy una tarde al cine unos setecientos treinta y siete años, todo parecido con la realidad es pura coincidencia.
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