A Loredhi por las noches le visitan los fantasmas. Hace callar a cada tanto a cada uno pero ni con esas. Loredhi visita el mausoleo de los caníbales descalza y con un collar hecho de caballitos de mar. Qué lindo, le dicen, qué lindo collar marino adorna tu cuello. Loredhi escucha, y se da media vuelta y se arranca el cordel... un millón de caballitos se esparcen sobre las tumbas...
A Loredhi por las noches le visitan los fantasmas que sin la luna no se ven.
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4 comentarios:
Suelen ser muy pelmazos, tan cargados de cadenas y tan pedantes ellos, siempre creyendo que nos van a poder. Mándame algunos a mí, a lo mejor congenian con los míos y ambas nos libramos... De todas formas, recuerda que son como el humo, y como el humo se los puede disolver de un soplido. Luego vuelven, pero cada vez con menos humos.
Un beso, poeta, ya estoy por aquí para compartir nocturnidades.
Qué bueno que los haga callar porque con sus lamentos de ultratumba despertarían a Lorhedi de sus ensóñaciones.
Ya ves, Clara ha vuelto para compartir palabras en un soplo de poetas.
Un beso, poeta
Estimada Sra. Loredhi!! Haga usted el favor!! que me voy a chivar de que tiene realquilados nocturnos, eso esta refeo.
Lo cierto es que a mi los fantasmas que mas me asustan son los de carne y hueso, gritones, huecos... el mundo esta lleno de ellos; gracias al cielo que a la noche no los veo.
Pingüina.
Que buena la pingüi ... :) siempre saliendo por la tangente con alguna estrella. Seguro que le sopla a los fantasmas y desaparecen (sobretodo los de carne y hueso)
Besitos a todas, mujeres botella de palabras.
Inés
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