Loredhi acerca las brasas y se reinventa de fuego. Loredhi se imagina mujer, y es de color naranja, y su piel es como el lomo de una vara de madera tostándose en verano.
Loredhi nunca juega a contar hasta cien hacia delante y después hacia detrás porque tropieza y se cae. Nunca llega nunca… como en aquel sueño recurrente de no llegar … como el aquel juego de retorcer un alambre hasta formar una letra fría.
Loredhi acerca las brasas y se calienta las manos, simula abiertamente la sofisticación del silencio tras una mala educación... reinventa las llagas del cosmos y después se queda igual, torturando al paladar de mutismo.
2 comentarios:
Loredhi
la sigo desde las sombras
aunque antes fuera Nüsh y ahora ya no sepa ni lo que soy
Yo también le sigo, Tenochtitlán, me alegra volver a escuchar su confusión aletargada.
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