Una mujer camina rápido haciendo cuentas en la cabeza, sumas y restas y esa frágil memoria que todo lo deriva al desagüe del olvido.
Una mujer y sus números abstractos, sus maldiciones breves, su manera de medir mientras camina. Una mujer búho que supura curiosidad y se bloquea con el verde del luminoso en aquella esquina, e intenta recordar quién anuncia ese cartel, una cara, un nombre, una sonrisa sin dueño... no, tampoco es presente.
Una mujer que camina y se diluye con la entrada de la noche, sombra es.
Unos pasos se estacionan frente a ella.
Stop.
Silencio otra vez.
El miedo le envuelve la cabeza como al ladrón la media transparente que lo deforma. Mueve un hombro la mujer y, sin mirar, continúa caminando. Las manos en los bolsillos y las yemas de los dedos se sitúan. El aire huele bien.
Una mujer camina, bandolera cruzada llena de historias y unas botas adornando el movimiento de cintura.
Voces de los niños en el extremo del parque.
Cuatro pies avanzan y la mujer camina lento. Un corazón a su lado late rojo.
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2 comentarios:
Cómo me gusta lo que escribes, HI__RO..., pintas con las palabras, jamía.
Gracias M_TÍNDE_ADO... es usté un sol
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