La noche oye pasos, otra vez, en la cocina,
espuelas que golpean las sienes,
que hunden el oído derecho en la almohada,
la noche oye pasos,
alguien busca en el cajón de las pesadillas un cuchillo,
los movimientos ligeros,
puede ser un hombre
una mujer flaca intensa,
una mano recorriendo el vello de la semidormida, un escalofrío puede ser
la noche, oye pasos, otra vez, en la cocina,
no hay nadie más en la casa
nadie más, el colchón ahoga el oído sobre la derecha,
pasos que se detienen,
el llanto de un niño que habita detrás de los muros de la mujer que no mira,
que permanece inmóvil,
en silencio,
respirando su respiración contra la sábana,
llorando el techo del paladar,
manchas de sangre y una almohada que ha dejado de latir la noche,
oye pasos, otra vez, en la cocina, otra vez el niño llora, detrás, otra vez el frío…
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3 comentarios:
Claro: es lo que pasa cuando se deja el gato encerrado en la cocina, Señora.
Perfectos Saludos.
Sr. Mantel,
No, se equivoca, esa noche el gato se había quedado a dormir en casa de un amiguito, por eso lo del miedo.
nosotros 2 sabemos... un beso: vicente.
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