martes, 11 de marzo de 2008

Hanna

Hoy Loredhi se siente tremendamente rara. Es la segunda vez que a Loredhi en el primer día de un nuevo trabajo se le muere un animal doméstico. Primero fue un periquito hace más de un año. Hoy Hanna, la pacífica ratona autista y neurasténica. Hoy Loredhi escribe de espaldas a donde lo hacía siempre.

Hoy Loredhi ha sufrido con el llanto de una niña al otro lado del teléfono y ha maldecido no poder estar allí, no poder apretar esas lágrimas contra su pecho y besando el pelo. El pelo de su niña. Y Loredhi ha maldecido también no encontrarse esas lágrimas que un día también derramó por un animal doméstico, ha maldecido tener aprensión al mirarlo.

Hoy Loredhi ha vivido de cerca pero de lejos la sensación del llanto limpio. Y se siente tremendamente rara.

11 comentarios:

. dijo...

Sra. Loredhi;

Es duro. Ya. Es raro. Ya. Pero es un paso necesario. Es parte del crecimiento, de la madurez. Algún día la niña de las lágrimas de hoy será una mujer y recordará estas lágrimas, estas sensaciones.

Pero, qué carajo, comprenderá, al fin, que sólo se trataba de una rata peluda de mierda.

Y además autista y neurasténica. Vamos, por favor, si es hasta bueno que se haya muerto.

En 1997 yo lloré un buen rato porque murió mi gata de 17 años.

¿Qué han hecho con el cadáver?

Hay que joderse.


Perfectos Saludos.

nüSh... dijo...

Nunca he llorado por una mascota, nunca
Será porque nunca me gustaron los animales.

Pero sí lloré con un llanto lejano, incluso he llorado con palabras abstractas.

Llore, grite, chille. Desahóguese, señora Loredhi

JOHNNY INGLE dijo...

A mí la muerte de una ratona me parece un hecho grave y solemne. La gente ya no repara en formas y asiste al entierro de sus padres con pantalones de pescador y unas sandalias (piernas peludas).

Pero con la muerte de una ratona, uno siente el deber y el reclamo de un homenaje. Uno sencillamente desempolva el traje oscuro perdido al fondo del armario y recupera el sombrero de hongo negro (que tiene hongos de no ponérselo, vaya).

Entonces, con todo respeto, afligiéndose lo preciso sin excederse, de pie ante el hermoso cadáver, uno se inclina, se quita el sombrero y pronuncia:

Cuánto lo lamento, querida amiga. De verdad lamento que la ratona se le metiera en la Minipimer.

Hay que resignarse, Sra. LoredHi: no queda otro remedio.

Eva Gaos dijo...

La rata se tiraba pedos!!!!

Vicent dijo...

Por esto sí debes llorar, por aquello, no. Como si uno pudiera elegir qué ha de dolerle, cuánto y en qué momento...

Un abrazo, Loredhi.

Toni

Inés Infante dijo...

las casualidades extrañas me sobrecogen tanto como a ti, pequeña. Debe ser duro escuchar lagrimas de tu hija, al menos las escuchas y puedes guardar en un tarro de cristal su esencia, ella nunca se sentira tan sola...

un abrazo,

carmen

Loredhi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Ejem...

Respetables y estimados comentaristas/os,

como ustedes sabrán Señora Loredhi se escapa al monte, como anda liada comprando briks de leche en las gasolineras, me ordena les comunique, ya saben, lo rutinario: esperen sentados.

Loredhi dijo...

Sr. Mantel,

Lo que se hizo con el cadáver de Hanna es un secreto de estado. Entiendo que Usted llorara un buen rato por la muerte de su gata vieja, yo hubiera hecho lo mismo. Por cierto, y Ustedes ¿qué hicieron con el cadáver?...

Srta. Nüsh,

¿Usted no ha llorado nunca nunca por una mascota? pues no sabe lo que la envidio, yo he tenido que cumplir unos cuantos años para poder dejar de hacerlo... y con las justas...

Sr. Ingle,

Es Usted un maestro en cuanto a protocolo de entierro de mascotas tamaño pequeño. Cuánto agradezco sus palabras de comprensión.

Lo de la minipimer es un invento de Sr. Mantel, caballero, Hanna murió enterita aunque, eso sí, algo aplastada, tal y como si se tratara de un recortable de cobaya.

evita,

No hay testigos de esos hechos!!!, además, en el caso de que fuera real sólo denotaría una buena salud de mi ratona... (por aquellos tiempo claro)

Toni,

un abrazo, y es que nadie entiende el llanto por un ratón chica, es verdad...

inés infante,

Las casualidades extrañas muchas veces me persiguen. Y me dejan rara.

Anónimo dijo...

ya no lloro pero aun echo de menos a todas mis mascotas...que no han sido pocas....superllorona.y sí sé donde estan las ultimas y fué hace poco, no me tocaron el pelo y lo sentí.las de mas pequeñita no me lo dijeron, presiento donde acabaron....luego te sigue escribiendo esta niña grande.mil besets

Anónimo dijo...

mi perico me saludaba toda las mañanas hola bombon decia...se daba besitos el mismo porque era precioso y vivió 14 años...hasta se iba de vacaciones cosa que yo no me puedo permitir. incluida una pequeña castaña unas navidades....se caia del palo....y mi klausete era otra mascota, una liebre alemana que adoraba la paella y desayunaba cafetito con leche y galletitas, eso sí templadito porque era el rey de la casa....y yo casi muero cuando un dia saltando se hizo un hiperderrame en la orejota y el veterinario dijo que no valia la pena,que no duraria ni 3-4 años como mucho y no se equivocó por poco solo 8 añitos....no le tratabamos del todo mal....solete mio....ahora tardaré en tener mascota un tiempo...os cuento mes en breve.besetets