lunes, 31 de diciembre de 2007

La noche más tardía

Una noche en la que se consume la última luz del año. Sólo símbolos al fin y al cabo, símbolos que determinan nuestros tiempos e incluso nuestros pasos.

Si hay algo que aborrezco son las frases hechas.

Quedo, pues, muda ante tanta palabrería.

Y aquí dejo, eso sí, mis besos hoy con sabor a uva amarilla.

P.D. Una recomendación: no olviden ponerse el antifaz.

lunes, 24 de diciembre de 2007

El Almendro

Cuando yo era pequeña hacían un anuncio todas las Navidades en el que se cantaba una canción que decía “Vuelve, a casa vuelve … por Navidad…hoy es Nochebuena... tararí tararáaaa”… Se veían imágenes de un joven llegando de viaje con las maletas a la casa de sus padres, siempre muy acogedora, siempre con bombillas de luz tenue, siempre con olor a bizcocho y a horno.

(No coment, vale, sé perfectamente que esas casas no existen...)

A mí me emocionaba bastantes veces, sobre todo al principio, porque lo repitieron durante muchos años y, aunque los decorados cambiaban, la esencia del mensaje perduraba.

Se anunciaba un turrón llamado El Almendro, creo, y éste junto con el Picó y el Suchard de chocolate copaban el mercado turronero de entonces. Igualito que ahora vamos.

Saturada estoy. Pero esa es otra historia.

La nuestra hoy versaba sobre la Navidad, con lo que me carga ya el solo nombre. Pero sí, era sobre la Navidad. Sobre el anuncio de El Almendro del chico que vuelve de la madre que se sorprende. Del dulce único de una emoción.

Hoy lo he recordado.

Y mi ángel de la guarda se llama D A V I D.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Loredhi va a la pelu

Mañana Loredhi va a la pelu. Mañana se ha cogido un día de vacaciones, primera porque puede, segunda porque tiene cosas e interesantes que hacer. Entre las cosas, que no entre las interesantes, está ir a la pelu. Poca cosa, color y cortar cortito como siempre, y no secar, porque en su caso es un timo.

Será más o menos perder media mañana.

Mañana Loredhi entrará en la pelu y dará su chupa, la que lleve, y después la mandarán al fondo a la izquierda, donde varias miradas hurañas entre plata y agua le darán la bienvenida. Entonces Loredhi mirará las caras reflejadas y dará las gracias otra vez de que los espejos de todas las pelus del mundo sean mudos.

Loredhi dudará entre si coger una revista de cotilleo o quedarse mirando. Muchas veces se ha quedado mirándose en el espejo, dando gracias otra vez…blablablá blablablá…, y haciendo caras extrañas. En esos momentos se acuerda de un montón de cosas, como de la tita Remeditos que le dice que nosecorteelpeloyqueselodejelargoyprecioso, a lo que Loredhi responde que nidec…casualidadtitaRemeditos,quesimequieresveralgunavezelpelolargomepongopeluca. Siempre es lo mismo. Y también se acuerda, en esos momentos de quedarse mirando, de la rabia que le da tener canas y que a qué mala hora heredó su hermano el mayor el mechón de la tía Euduvigis, porque se ha encargado de pegárselo a todos los demás hermanos por la noche y mientras dormían. O al menos eso dice la leyenda. Que él posaba su mechón sobre la cabeza de un hermano y éste ya había heredado el mechón de por vida, mechón que encima se hacía grande. Un desastre. A Loredhi se lo pegó, y ahora tiene que decir en las pelus, a la chica que siempre es distinta, elcolordesiempre, elmásnaturalquetengas, o elmismoqueteníacuandoerapequeña, y si no lo sabes te lo imaginas. Punto.

No obstante Loredhi mañana hojeará una revista de cotilleo. Y mirará por encima encima la que salen todos retocados, y después se deleitará con la que trae fotos de famosas con celulitis. Porque Loredhi ante todo es humana…

Loredhi mañana va a la pelu.

A Loredhi hoy le apetece escribir un te quiero.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Pues no sé

Es raro encontrarse con días en los que no sabes qué decir. Y digo que es raro, no poco habitual. Que me ocurre unas cuantas veces y que todas esas veces son extrañas.

Entonces te sientas frente al teclado, y comienzas a tratar de imaginar algo que te recuerde una sensación, o un momento, o un globo que pinchas y te inunda; pero todo es etéreo y se va, o te da como risa o pena pero así, sin más, y entonces haces fuerza con la cabeza para fijar algo y... y todo se te escurre. Es fatal.

Y es entonces como en días estúpidos como éste te sientas pero sólo a contar que es raro encontrarse con días en los que no sabes qué decir. Pero digo que es raro, no poco habitual.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Media jornada

15:00- Toda la fauna del despacho donde trabaja Loredhi levanta sus culos de las sillas y se largan a comer.

15:01- Loredhi se queda sola, y recupera los minutos que perdió por la mañana cuando llegaba con pikantus a toda pastilla después de haber mal aparcado porque no hay un puto sitio en este puto centro de ciudad. Mal aparcado con resultado multa. Mierda. A veces piensa Loredhi que le resultaría más rentable alquilar una plaza de parking a cuenta de las multas.

15:10- Loredhi sale y encamina sus pasos a una tienda para comprar un marco para una foto para un regalo de compromiso.

15:30- Marco de fotos comprado. Loredhi piensa que nunca se ha gastado tanto en un puto marco y que en su casa nueva no tiene ninguno pero que el presupuesto no le da para otro igual. Loredhi piensa que pronto comprará unos portafotos en los chinos para ella y arreando, y que, eso sí, en cuanto tenga dinero se comprará un marco tan bonito como ese. No hay papel de regalo para el detallito. Hay que comprarlo aparte y Loredhi piensa que que les den, que en esa tienda no lo compra, por ratas.

15:45- Loredhi llega al corte inglés para comprar también un libro para completar el regalo de compromiso.

16:20- Loredhi se decide al final por un librito de puta madre que no se pasa de caro pero que también se le sale largo del presupuesto. Loredhi piensa que, joder, que ya que regala un libro que sea un libro bien y no una mierda, que hay mucha mierda publicada por las estanterías.

16:35- Loredhi sale cagando leches del corti porque tiene el coche lejos y tiene que llegar a por los niños a las 16:50 y hay tráfico para variar un poco. Loredhi camina pensando que se siente gilipollas porque no ha comido y tiene hambre y cansancio y porque se ha complicado más de lo que debiera con el regalo de compromiso. Loredhi piensa que debe ser la única subnormal que se complica tanto con el regalo de una persona que nunca se ha complicado por ella.

16:42- Loredhi llega al pikantus y ve el papelito de la multa y piensa Mierda no la puedo pagar ahora, Loredhi deja la multa en un rincón del coche e intenta dejar de pensar en ella, como si la ignorancia la pudiera hacer desaparecer.

16:50- Loredhi entra al consum de la lado del cole y les compra merienda a los niños. Ella se bebe dos actimeles por el camino y después se pone hasta el culo de galletas príncipe. Aplaca la sensación de hambre aunque le entran remordimientos por no cuidarse. Piensa que les den también a los remordimientos.

16:53- Loredhi llega a la puerta del cole con la lengua fuera y saca a sus dos pequeños con sus caritas de salir del colegio.

17:30- Después de haber estado en el parque y sortear a madres demasiado desquiciadas para su gusto, Loredhi lleva a la hija, a una amiguita y al hijo a la catequesis de la hija y de la amiguita. Loredhi y el hijo entran de nuevo en consum y llenan un carro de compra grande para la casa.

18:10- A punto de terminar, el hijo se queda dormido subido al carro de la compra y Loredhi termina la faena con una mano sujetando la cabecita del hijo y la otra para todo lo demás.

18:25- Loredhi termina de pagar y cargar. El hijo sigue dormido y Loredhi se acuerda del puto papel de regalo y vuelve a por él, saca al hijo dormido del carro y se va cagando leches otra vez a por la hija y la amiguita que salen de la catequesis a las 18:30.

19:15- Amiguita transportada. Loredhi y sus pequeños llegan a la casa. El hijo dormido. La hija con mochilas y Loredhi con hijo y compras y compras y coche a parir de cosas y Loredhi que las llaves, que el niño, que hija recoge eso que se me ha caído, la luz, y aprieta al ascensor que tu hermano se me está escurriendo, y cuidado que no se estruje el (puto) papel del regalo...

jueves, 13 de diciembre de 2007

Añoranza

¿Qué hace un simple papel pintarrajeado de vuestros tiempos?
¿Qué sentido tiene un rotulador rojo y otro azul si no es entre unos dedos pequeños de tinta alborotados?
¿Qué hago yo esta noche
enredando mi cariño en un calendario absurdo
si no puedo inclinarme sobre el sudor agotado de vuestras frentes dormidas?...

¿Qué hace la casa con tu nintendo apagada, con tu espider sobre una cama hecha?
¿Qué hace una puerta sin vuestros nudillos, sin llamadas y gritos?
¿Qué hace un par de calcetines sin emparejar encima de mis piernas?
¿Qué?...
¿Qué hace hoy nuestra casa tan vacía de vosotros?...

martes, 11 de diciembre de 2007

¿Todo igual?

Joder, todo sigue igual, se me mueren las plantas, se me llena el coche de migas y de papeles, y de bolsas, se me hace siempre tarde, escribo poco, leo menos, voy dejando tareas pendientes... Camino con las manos en los bolsillos, me gusta mirar a los ojos, soy perezosa y nocturna, me repatea la gente estirada... Pierdo mis pendientes preferidos, se me acaban las compresas, amontono prendas del mismo estilo, siempre me dejo a medias la primera página del libro...

Joder, me siguen dando pena por diferentes razones las mujeres de más de sesenta, los viejitos con chaqueta de punto gris y gafas de pasta, y las viejitas con batín, y zapatillas de ir por casa... Me siguen dando rabia las mujeres menudas con un bolso extra maxi más grandes que ellas. No las soporto. Por cierto que hoy coincidí con una en el ascensor de casa y sólo le salvaron los mocasines recauchutados de charol granate. Eran mucho peor que su bolso.

También me da rabia que me den rabia algunas personas o algunas prendas de persona, como me ha pasado con la chica del bolso.

Y no sé, cosas varias...

Sí, me parece que todo sigue igual. O no.

En realidad lo mismo me da.

Por cierto, ¿te lo había dicho?, gracias.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Finde




Finde de puente, y niños, y besos y risas,
de riñas y lechita en la cocina,
finde de prisas y coche y sube ata cierra arranca,
y para baja desata besa y marchando,
y más prisas
y frío con sol y cesped
y descanso y cama y sueño
y espalditas de cosquillas y pijamas.

Finde de sesión de cine de sofá y palomitas,
de olor a cabezas menudas
de peleas de pies,
finde de casa
y de edredón azul
adormeciendo unos sueños.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Pensamientos

Me haces pensar que tal vez ha pasado un día desde que hablé por última vez, o dos, en lo absurdas que se nos presentan las horas, siempre yendo y viniendo y enroscando recuerdos. Me haces pensar en el tiempo, en lo lejos que va quedando el ronco mar que acunó esa mirada mía que ya no reconozco.

Me haces pensar en la raíz, en la niña escondiendo tesoros doblados, en las palmas de mis manos llenas de gris y de día, en la mujer que no quería que nadie la hiciera pensar.

Pero hoy tú me haces pensar, me haces alborotar el calor de aquella mesa camilla de la abuela que coloreaba un plato de caliente todos los días jueves, pensar en lo pequeño, en la semilla que enjuga lágrimas en balde, en aquella calle escondida tras un abrigo, tras unos párpados, tras la mujer que miraba desde el fondo de mi rostro.

Me haces pensar en las vueltas de mis pisadas, en el suelo en mis zapatos, en el roer de la lluvia taladro de agua sobre el hueso, me haces pensar en mi montaña, en el despegue de las voluntades hacia la cima de una caverna.

Me haces pensar en mi cuerpo en tu cuerpo, en la sensación arrebatada de una lengua perfilando tu barbilla...

Me haces pensar que hasta hoy nadie me hizo pensar.

martes, 4 de diciembre de 2007

¿Súperwoman? y a la mierda

Me cansé.

Soy imperfecta y no llego a todo ni de coñas. Punto.

Me cansé de correr, de sonreír, de tener todo comprado y de devolver las llamadas en su momento. De estar siempre lista. Me cansé de querer llegar, de cronometrar mi tiempo como un corredor de fondo, de programar mis actividades como a una lavadora, para largo, para corto, para prendas delicadas. Me cansé.

Me cansé de correr para llegar tarde, de vaciar para llenar, de barrer migas de pan. De sacar y guardar y guardar para después sacar. Y es que me cansé ya.

Me declaro públicamente tardona, despistada, lenta, irresponsable en ocasiones... y no oigo voces porque estoy medio sorda pero sino las oiría... Soy desastre, a menudo corta, insomne atribulada y no me da la gana dar más explicaciones.

Solamente que a la mierda la súper woman, un invento de estos tiempos tan modernos, que ni lo soy ni me interesa. Y que en cuanto pueda, eso sí, me tumbo una señora siesta.

Se me olvidaba: Y Punto.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Tarde de lunes

El ovillo de las olas arrastra
esta tarde
de naranja y yema...

Ojos semidormidos en la puerta de un cine
cierran el café y el lunes
respira en la cristalera de los suelos inundados de hojas...

Crujen los huesos
y ya no se mira en el estanque de imágenes
papel de superficie
y vida que se fue al fondo,
y ya no busca el lugar donde se enterraron las últimas palabras.

Y ya no intenta contener el aire...

Respira...
sólo quiere bailar
dejando caer la espalda sobre una sonrisa.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Cenicienta

Tocan las doce de la noche
y una mujer desviste sus andanzas al borde de una cama,
caen de golpe las voluntades
y con lo poco que le queda de fuerza
enciende un cigarro,
entorna los ojos, y saca el bisturí entre las sábanas...

Comienza la disección,
primero el disfraz segundo la piel
tercero una niña pequeña que no debe llorar
aunque lo desee con fuerza...

El acero tampoco alcanza hoy a llegar al fondo,
y es tarde,
será cuestión de coserse otra vez y dormir
y esperar a que lleguen de nuevo las doce
disfrazada de turbia cenicienta.

martes, 27 de noviembre de 2007

Trizas

De pronto quieres largarte, desaparecer, hundir la cabeza en una almohada llena de sueños y meter una pierna y luego la otra y colarte por ella, o sacarle las plumas y la pelusa y jugar, o tener una granja, o un paraguas que nunca vas a utilizar aunque te inundes de lluvia, varios perros que te dará pereza cuidar, o ese look más definido que no consigues ni aposta.… sacarle la lengua a ese señor bigotudo que se ha saltado el semáforo, o lustrarte los zapatos aunque sea por una vez. No reírte cuando toca.

De pronto te quieres salir de la vida y abstraerte en ese trocito de acera que dejaste libre por si acaso.

De pronto los símbolos dejan de ser símbolos para ser algo más en la lista de cosas que sencillamente están. De pronto una idea.

De pronto una ciudad.

De pronto una mujer que quiere largarse y desaparecer, hundir su cabeza en una almohada llena de sueños y meter una pierna y luego la otra…

viernes, 23 de noviembre de 2007

Maestro de caja y cuna

La postura eleva una pose en el comienzo de un discurso
y un deje interrogante enclaustra el miedo entre paredes de piel y ropa. La vulnerabilidad de un hombre en abrigos de letras
arranca en dualidad de conceptos sobre verde pizarra y verde,
sobre el horizonte inconcluso donde termina la enseñanza
y comienza la sed del enseñado.

Llega el final de un asalto a dos voces
el cabeceo de una pluma secando a virutas
un mordisco a la ignorancia,
y el maestro queda solo
en la sacudida al templo de su cauce,
ríos de sillas y sombras
y nombres tendidos en la cuerda de los ecos,
y vuelve el desnudo
a sortear un cigarro en una mano
y en la zurda otro y en la caja
la cuna de un alumno que espera.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Cadena

Nace de una cabeza tendida sobre la almohada
frente sudando tu olor,
de sueños enlazando una cortina
en el vaho que riega el cristal,
de las olas de aquel mar
atando a las entrañas el vértice de la paciencia.

Nace de la canción y el titubeo
de sombras vestidas en traje de domingo
y piernas cruzadas y un suelo hiriente,
de voces repartiendo a diestro y siniestro mudez
buscando entre los rescoldos margaritas
de corazón y un terciopelo amarillo.

Nace de un suspiro
de una vagancia en las letras
del negro sobre el fondo
y blanco
de una lengua que empuja los besos
y emerge en eslabón y hierro sobre la nube.

Nace y muere en una cabeza tendida sobre la almohada
frente sudando tu olor.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Vuela paloma vuela

"Después los globos no vuelan tan altos..." Paloma Ángel

Oscurece el día
y en el rostro de una niña unos ojos
vuelan alrededor de la sombra
de una lámpara en el techo.

Las mejillas tiritan
y la niña intenta sumergir su sueño en el peso de una manta
y juega a partir su respiración en pedazos pequeños de aire frío.

Y su amiga es su enemiga en el estante de la pared izquierda,
una muñeca de trenzas rojas y sonrisa estática y vestido de rayas finas rosas y blancas
y al final de las mangas puntilla,
dos zapatitos negros colgando hacia un lado.

Sonríe la muñeca y la niña
disipa los miedos contando
una
dos
tres
cuatro
cinco ovejitas y no viene el sueño,
y las imagina reales
mientras ahuyenta
con cada oveja con cada salto
una pena.

Y puntea en la memoria una nota musical,
una sala, un piano, y desea que vuelva mañana,
y no brilla hoy una gota salada sobre la piel...
es tan sencillo como dejar sueltos aquellos globos
de colores y plata que vuelan palomas vuelan.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Versión Original

desde otra cara del espejo

Noche tranquila,
motores de fantasmas
componiendo la versión original
de tu nueva película,
la canción de un largometraje a cámara rápida.

Motores de coche invadiendo la atmósfera
en la respiración de la casa que habitas.
Uno arranca ahora,
y parece que va a marchar solo,
porque a estas horas piensas
ya no existen las personas.

Te recuerdas sabueso de una prosa que no llega
de un poema una palabra que no es más que tu propia soledad
enfundada y sin nombre.

Y ahora es,
desnuda de vida urbana
cuando tiemblas,
y te sientas frente a la cámara
para intentar desquiciar de nuevo
tus propias entrañas bailando en cada letra,
paseando tu palo de ciego por los rincones más sucios del mundo,
y ya no buscas,
planeas situándote entre
una mera espectadora
y la voz que desangra una noche...

Esta noche, una noche cualquiera.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

V.O.

La noche está tranquila. Motores fantasmas crean una versión original de tu nueva película. Porque al final estos coches son eso, la canción de tu largometraje a cámara rápida.

Los motores de la noche siempre invaden la atmósfera de la casa que habitas. Uno arranca ahora, parece que va a marchar solo. Porque a estas horas es difícil digerir que todavía existan las personas.

Recuerdas la incansable búsqueda por las librerías, por las tiendas de tu ciudad, de algo que sentías cercano y lejos. Y no era nada más que eso. No era más que tu propia soledad enmarcada en meros objetos.

Y ahora, es desnuda de vida urbana cuando te sientas frente a tu cámara, y no descansas. Escribes de nuevo intentando desquiciar tus propias entrañas en cada letra. Paseas tu palo de ciego por los rincones más sucios del mundo, y ves que no llega. Que es eso lo que esperabas. Que atrás quedó la mujer que duchaba una misma canción todas las mañanas en el cuarto de baño de aquella casa.

Y ya no buscas. Tan solo planeas y te sitúas entre una mera espectadora y la voz que desangra una noche. Esta noche. Una noche cualquiera en la que los motores de los coches recrean la versión original de tu nueva película...

... y un motor arranca. Y parece mentira que a estas horas hasta existan las personas.

sábado, 10 de noviembre de 2007

De los blogs y otros demonios

Me han hecho una encerrona. Sin links y todo voy a intentar responder.

La Srta. Nüsh, una bella vieja con cuerpo de niña, me ha nominado o no sé qué. Ella es linda por naturaleza, y eso provoca en mí tal sentimiento que se me remueven los ancestros y ellos hablan…

Y de cómo los blogs me hacen pensar. Dos puntos.

Como no voy a decir nombres me reconozco desde ya una cobarde. Como no voy a linkear también me reconozco antigua.

Y llegan los blogs. El primero el de una mujer a la que recurro para sobrealimentarme, para copiar su tecla de una manera de esas de que no se note.

Después una revista subida a un tren.

Después el mío.

Primer punto de inflexión. Hablo. Y por primera vez.

Dudas

y una obligación de postear una vez al día. Tipo deberes. Con bocata de nocilla.

Después largo. Y escribo y leo. Y poco más.

Segundo punto de inflexión, unas personas que hicieron de su mundo el mío. Mi hermano. Mujeres sorprendentes. Locos. Respeto y risas.

Después más y me detengo y más.

Conclusión: esto es una mierda. Al final mi blog me ha vampirizado. Y al final para poder pensar tengo que leer a algunos de vosotros.

Pues punto.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Metamorfosis y un cambio

Y siguen las mismas rutinas, las mismas tareas pendientes, las mismas prisas, la misma nocturnidad, y el mismo cielo arriba. Y sigue la misma anulación primitiva del orden.

Y hasta la terraza es parecida, alumbrada por la respiración de una colilla mal prendida, por el humo, por la cuna de unas piernas que se acurrucan en la espalda de la insomne apoyada en el cristal. Y sólo cambia en el paisaje la bicicleta roja, los paquetes de arena, los maceteros pintados a mano de niño... y las palmeras. Lo demás igual.

O casi.

Porque encuentras una. Una sola carta que ya marca la diferencia. Un comodín que se metamorfosea con la lengua y con eso te basta.

Basta para seguir barriendo baldosas, para seguir saltando de una a la otra con los zapatos grandes y sucios que parecen de chico. Basta para dejar de dar importancia a la cara recostada sobre el lado derecho, a los símbolos. Basta para dejar de pensar.

Y el recorrido te va regalando fragmentos de viejas búsquedas, de ladridos de un sabueso drogodependiente de todo y de nada. De un vaiven, de una noria, de un charco que se va secando y hace emerger esa sombra que baja la cabeza y mira, con esos ojos castaños y raros e insistentemente indiferentes.

Pero no. No te engañes. Cualquier respiración puede ser la última.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Poética

El gigante se engulle en noches insomnes
en un círculo
en la maraña de paredes
que adornan un tapiz sin luna.

Un desierto,
una manada de gusanos persiguiendo al cíclope
comiendo de la arena de sus ropas
dejan desnudo al poeta
en la semilla de un útero en un vientre.

Rojo sobre piedras blancas
pulidas y lágrimas
de un monigote que vomita hacia dentro
quejidos...

Y sangran las puntas de los dedos
y un trasiego de teclas
lame un puñado de versos inacabados,
y brotan diez hojas
y el gigante varado en la tierra
abre los ojos y en fiebre
roza el verdor del tallo del primer latido.

lunes, 29 de octubre de 2007

Domingo en noche

Giro la cabeza hacia el lado derecho y hundo mi mejilla sobre una almohada algo incómoda. Admito que fue una mala compra, la hice con prisas y sin probar, como todo lo hago. Pienso otra vez que mañana me compraré una nueva, aunque sé de sobra que no lo voy a hacer, que me acostumbraré a ésta. Que al final la domaré como hice con aquellos zapatos nuevos que me rozaban.

La ropa de mañana la elegiré al levantar, cuando vaya tan deprisa y tenga tanto sueño que maldiga no haberla elegido ahora.

Ha comenzado el frío, he colocado mi edredón azul por encima de la colcha, y he observado con pavor las cajas llenas de recuerdos rodeando mi cama. Cajas que no me apetece ni revisar. Que debería tirar directamente, aunque sé que no lo haré porque no tengo agallas.

Apago la lámpara roja con forma de sol que me regalo Álvaro, y recuerdo que necesito un espejo sobre la cómoda para mirarme por las mañanas mientras me pongo unos pendientes cualquiera. Para mirarme un segundo a los ojos antes de salir corriendo con las botas mal puestas hasta el ascensor.

Hoy escuché la voz de Alvarito después de... ¿más de un mes?, y procuramos contarnos rápido la vida alejados de los papás, que habían venido a verme.

Llegaron por la mañana, con un taladro, una caja de herramientas y un enfado, él; con una bolsa nevera cargada de paciencia, y caldo y pan, y queso, galletas y un sobre de taquitos de jamón serrano, ella.

Me enterneció ver a papá cabeceando sobre la prensa dominical en la mesa de la sala antes de comer, y a mamá en la cocina hablándome de muchas cosas en muy poco tiempo, de cosas nuestras que no escucha ni papá ni nadie más, de cosas que hacen demorar la llegada de la comida a una mesa con un hombre que cabecea sobre la prensa mientras espera y espera.

Es más sencillo dormirse sobre una almohada algo antipática pensando que ya llegó el frío, que hacerse mayor cabeceando sobre un artículo del periódico de hoy. Pienso.

jueves, 25 de octubre de 2007

Dibujo

(o algo parecido a un casi imposible... )

La oscuridad cómplice,
y una mujer llena de cajones y anhelos
traza el roce de una piel.

Olvida hasta las voluntades,
y deja al mismo cielo el esfuerzo de la tregua
en la saliva del ausente besando el aire...

Un fragmento,
una sombra,
una foto de calle
exhala la decadencia de una caja de pinturas
dibujando una cama invadida por locos.

Mejor no pensar....

mejor no enjugar el rostro en flores
que añoran un campo de abrazos recogiendo miedos.

viernes, 19 de octubre de 2007

Latido

Las frentes sudan en la guarida de un sol
que repta por los poros del cabello
cuna de los suspiros.

Jadean los nudillos,
tropiezan los labios
y un secreto se deshace
bajo la llave de un lunar cerca de la boca,
bajo el arranque de prendas
en un baño de lenguas en mieles.

Retorna el numeral de la caricia
y buscan los besos
la sal de lágrimas embrutecidas de carne... anochece...

Y el pecho asoma en el cielo de una luna
en la palabra de un pezón que se entrega
en un pálpito cerrando sus ojos....

y laten dos luciérnagas en oscuro.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Noche

Las palmeras se inclinan,
los autos alineados duermen el motor de aquel discípulo,
los brazos se asoman por la barandilla de una respiración.

Se mira las manos
y los dedos abarrotados de uñas
que no terminan de salir por el orificio de las penas.

La estampa le acongoja,
le llena de disparos la cabeza
y comienza otra vez
aquel movimiento extraño entre las sienes,
aquel bullir,
aquel despedazarse las articulaciones
hasta quedar una sola,
aquellas tiras de la piel que caen
ocultando para siempre al sol
del enclave
de las palmeras.

Le gustan,
le gustaría tener una de ellas
simplemente para abanicar su infierno
y sudar a la serpiente de cabezas que se ha colgado de su frente.

viernes, 12 de octubre de 2007

Kor: Alvaroken Hurtz

Querido Alvaro, ¿cómo estás? espero que bien. Quiero que me cuentes muchas cosas de Berlín, del este o del oeste, eso me es indiferente. Pero cuenta cosas.

Yo ahora me he puesto un poco de mala leche porque tenía escrita una parte super tocha de un correo para ti, y, joder, como está lloviendo se ha ido la señal de internete y he perdido el correo, me da rabia porque siempre ando grabando aunque esta vez se me pasó. Y además el correo era que te cagas de largo. Da igual, ahora te vuelvo a escribir porque yo antes me muero que me acuesto hoy sin mandarte una carta.

De tu caja del viejo legado chino que me dejaste y que me trajo la mamá (lo de chino por la lámpara), decirte que muchas gracias por todos esos enseres variopintos dignos de la más cruel prueba a un Clasificador Profesional. Gracias, es todo bonito..... y ¡tan diferente!... Sobre todo aquellas zapatillas varias tallas más grandes y sin cordones huérfanas de pie... joer macho que a mí el pie no me crece... ¿o son para el Manenkin?. También resaltar la foto esa en la que salgo con el pelo largo, que ya te vale, que yo no me la quedo, los Cds. 1 de varios cursillos, tu camiseta azulona y, por supuesto, el sombrero de paja... enser que no puede faltar en una familia valenciana. Que se precie.

En serio, gracias, Alvarete, me hace ilusión tener cosas tuyas en mi casa. Mucha ilusión. Te las guardaré. Hasta la foto esa del pelo.

Por cierto el mail de "lee esto Lore verás que chulo" lo he recibido sin archivo adjunto.... meeecccc.

Te quiero
mucho,

Jerman Loret.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Muda

Colaron el balón en su garganta.

Voltearon la palabra
un forro de guante
metiendo ostias
de arriba a abajo
de derecha a izquierda
de dentro hacia fuera...

la traquea seca y
únicos los ojos
testigos
de la mutilación.

sábado, 6 de octubre de 2007

Sin título

Detrás del cigarrillo apagado,
detrás de un labio superior fino,
detrás de una voz ronca,
se esconden estas palabras.

Y trato de escribir un poema y me reniega algo dentro.

Y trato de encontrar un equilibrio en la cuerda
y se me desbaratan los naipes y vuelan.

Vuelan muy lejos...

Buscando un cuerpo para mi vena dejo temblar a los gusanos que me golpean.

martes, 2 de octubre de 2007

Sueño

Hoy ha dormido abrazada a él.

Sumergida la cara entre sus brazos, apoyó la frente en el pecho y le respiró profundamente.

Pensaba que no iba a poder dormir, pero lo hizo,
y quizá no se movió en dos horas
quizá en una
quizá en toda la noche no hizo ademán de respirar,
eso no lo sabe.

Hoy ha dormido abrazada a él.

Hoy recuerda que recorrió besando sus labios parte de la noche
que soñó que podía abarcar toda su piel.

Y hace muchos años que no se abraza más que al sueño...

Hoy ha dormido abrazada.

Hoy no volvió la espalda a un suspiro.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Espantando enemigos

A ver:

Tú:
fuera
Tú:
vete de mi vista
Tú, sí tú:
no te escondas,
marchando
Y tú:
me apesta tu presencia.

Y antes de marchar os digo que es la última vez que me cabreo por vuestra culpa y que me aburre soberanamente el discurso expulsado con crispis de saliva de vuestras bocas fofas. Y que por momentos deseo que estalle una crisis mundial que os obligue a mover vuestro puto culo,
uno gordo,
otro raquítico,
otro de araña,
otro estampado como una paella,
de vuestras putas sillas y os sintáis como una mierda que tiene que marchar a otro país en el que os hagan sentir más mierda todavía.

Solo por veros como mierdas errantes a la fuerza, sólo por eso, os aguantaría un minuto más delante de mi vista. Un minuto.

Por lo demás
largo.

martes, 25 de septiembre de 2007

Heridas

Prefirió sentarse en el borde de la acera de la calle Colón a seguir caminando a un milímetro de la caída.

Eso está bien, comienza a dejar el sentido del ridículo en el forro de las prendas, aunque le siga dando mucha vergüenza hacer lo que le da la gana.

Se sentó porque se había mareado, pero ahora piensa que fue lo mejor que le pudo haber pasado en ese día, en ese y en otros muchos que había caminado como una sombra fantasma entre pelos rubios y jerseys de colorines que nada tenían que ver con ella. Lo mejor porque le gusta la dimensión que ahora le está regalando este puto suelo, el más sucio y el más meado de toda la ciudad.

Se mira los zapatos nuevos color chocolate, idénticos a los que había tirado ayer de puro viejos, y las tiritas color azul fuerte con dibujos de la dama de La dama y el vagabundo cubriendo dos rozaduras. Se acuerda de esa película y de cómo le gustó y de cómo no volvió a verla más porque rara vez vuelve sus pies sobre lo andado aunque se trate de una película bonita. Rara vez quiere decir que hay excepciones.

Se acuerda también de que no le gusta reconocer que los zapatos nuevos siempre le hacen heridas, porque le da vergüenza llevar heridas y que la gente lo sepa, o quizá lo que no le guste es reconocer que estrenó algo nuevo que le hace daño. Aguanta y piensa que se le hará una costra que ella se empeñará en quitar antes de tiempo hasta que al final quede una marca. Otra marca más escondida.

Mira los pies y los zapatos que le pasean cerca y a todos los ve más originales, más llamativos y mejor combinados que los suyos. Pero no los cambiaría. Bueno, alguno sí, pero sólo por un ratito y a solas. No ve tiritas azules con dibujos de la dama tapando rozaduras, y ni siquiera ve aquellas tiritas horrendas del color de la carne que siempre odió encontrar en el sucio suelo de los lavabos de azulejos blancos y negros.

Y se pregunta, absurda, dónde esconderá la gente sus heridas.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Ausencia

Para pablo, que me inspiró.

Sufriendo la ausencia de un beso robado a la distancia corta,
de una palabra no escuchada
de una silueta que emerge en sombra del centro de mi pecho...

Sufriendo el silencio del anonimato de las idénticas gotas
que resbalan sobre los párpados
del centinela dormido.

Callando lo que no está escrito
lamiendo la boca del animal
que aguarda tras el tronco del muerto.

Tiñendo de sangre mi pelo
y rompiendo en raíces
las vísceras de una perra.

viernes, 21 de septiembre de 2007

La cara rara de un día

Y no terminas de parir una larga mañana plagada de sinrazones y absurdos sumergidos en la bañera de tu propia cloaca.

Recorriste anoche la ciudad y la llenaste de lágrimas de asfalto que hoy se funden con la lluvia que te cae del plomo del cielo.

Y hasta las mismas palabras se han muerto en el techo de tu boca...

Rojo

Verde

Pasas y chocas de nuevo contra la pared de cuervos negros que anidan en tu frente.

Vamos a espantarlos. Yo te ayudo:

Un espejo.

Una sonrisa.

Ojos.

Y un beso...

un beso sobre tu reflejo...

lunes, 17 de septiembre de 2007

Puro salir

Las dos monedas tintinean nerviosas entre sus dedos, y un pinchazo se encierra en la humedad de sus sandalias. Parece que ahora llueve menos, pero hasta hace unos minutos hasta el mismo respirar le mojaba. Una tarde llena de gotas de espera en la vieja estación de autobuses de Valencia.

¿Llegadas?

Entre el dos y el nueve.

Gracias

Las anchas columnas grises dividen el ejército de entradas numeradas del uno al veinte.

Entre el dos y el nueve. Aquí es.

Todo como recordaba. Gris, gris y cemento gris, regado hoy por una tarde de lluvia como perfecto escenario de Septiembre para un encuentro.

Pasea y enciende un cigarro nervioso, que le hace recordar que no quería fumar, que no quería que su primer beso tuviera sabor a tabaco. Ahora le importa poco. Está incómoda de tanto esperar y le da igual todo. Todo menos la mirada de él que en este momento invade sus pensamientos.

Las personas suben y bajan las escaleras, los autobuses entran y salen de sus cocheras como grandes ballenas con ruedas, con los vientres hinchados de maletas. Marchan y llegan en una pesada danza al compás de la tarde, de la espera, de la lluvia que enturbia la comodidad ansiosa en la rareza de este día.

Aquí las personas parecen haberse trasladado en el tiempo y huele a adolescencia, a los mismos abuelos, a los mismos ojitos de bebés envueltos en mantas de colores chillones.

Tarda

Tarda el autobús esperado

Y parece que hasta las piernas le tiemblan, y parece que el fuego le recorre de punta a punta de dedos, evaporando la tristeza que envuelve los pies doloridos de una mujer que se siente extraña en todos los rincones del mundo salvo en uno.

El tuyo...

¿Qué pensaste cuándo me viste?

Puro salir. Puro salir corriendo hacia ti.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Verdades y otras mentiras

Le gusta volver una y otra vez sobre la misma idea, hasta casi atormentarse, y despues dejarla estar. Jugar a que es independiente cuando es mentira, jugar a que parece una fuerte cuando es fácil sentir que tirita por dentro. Pero eso es un secreto que acaba de dejar de serlo.

Le gusta vestir de gris porque es lo más parecido a un disfraz de sombra que ha visto, y a ella le gustaría ser sombra. Pura sombra y sólo algunas veces cuerpo. Sombra y noche siempre. Cuerpo menos.

Cataloga a las personas por la primera impresión, le regenera el movimiento raro entre las sienes y se imagina situaciones imposibles en lugares que no existen. Es preciso que sea todo una farsa para comenzar el juego.

Sueña repetidamente con el sabor de aquella sonrisa que prende de su jersey justo a la altura del corazón. Como un broche hecho de labios que despiertan a las seis cincuenta de la mañana.

Desaparece durante horas que ni ella misma encuentra. Se pierde y se encuentra una media de dieciocho veces al día. Y, más a menudo de lo normal, odia lo que escribe.

Los compartimentos de su cabeza están catalogados por sensaciones: una buena, dos malas, una buena, dos malas... Compensando en negativo, vaya a ser que de pronto se sienta feliz.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Cuestión de tiempo

El tiempo me parece caprichoso. Como una persona que pone y dispone a su antojo lo que le sale de la coronilla.

Conmigo anda peleado, yo lo sé, conmigo se ha empeñado en jugar a la contraria: yo quiero y no tengo, y cuando lo ignoro hace pasar lentamente sus manecillas de plomo por mi carrera… y me atemoriza, porque zigzaguea rondando exactamente la misma hora y el mismo minuto momentos que para mí son eternos…

Y sufro.

Y no entiendo mucho al tiempo.

Él me regala una bolsa de prisas día tras día. No hay excepción. Pero el global camina muy lento.

Y hoy, que le digo que apresure su paso, para. Me mira sonriendo y me dice algo así como la llevas clara. Algo como que ahora yo no juego, algo como un desierto sediento.

Y yo… me desespero infinito.

Y, cerrando mis ojos, deseo que las horas dejen de esconderse entre las propias horas y permitan de una vez correr su natural curso al maldito minutero.

martes, 11 de septiembre de 2007

Septiembre

Pues ahora me ha dado de meses.

Septiembre me cae bien. Tiene el sabor de los restos de arena en la punta de las zapatillas, de la mirada hacia el sol con otra cara, de comienzo, de comienzo del bueno, del malo, y del regado por los madrugones y los viajes en el coche de mi padre escuchando la radio. Siempre noticias. Siempre asignaturas pendientes.

Septiembre me trae la carcajada de un coleccionable imposible amontonado a las puertas de un kiosco… figuritas de vidrio, cucharas de palo, y tapones de bañeras antiguas… Septiembre es único porque hace competencia al de la cuesta empinada que tanto tardamos en remontar. Joer.

Septiembre son encuentros. Nostalgias. Quizá las ganas de salir de la apatía. Pero pereza.

Es aquella canción que me sabe a cubata.

Septiembre tiene la cara de un profesor.

Y de niña en silencio adornando el romanticismo de un recuerdo.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Algo parecido a un refugio

Sin saber muy bien cómo, la niña llegó a este lugar en el mes de Julio.

Algo parecido a un refugio que hoy está bañado de ilusiones recuperadas una a una, a tiras muy finas. Tan finas como los tirantes de esa camiseta ceñida que tanto le gusta. Como las cortinas azules de plástico que estaban en la casa de Serra. Como los flecos de su disfraz de india. Como cinco dedos formando caricias sobre el dorso de su brazo anclado en aquella cama vacía.

¿La ves?... está sonriente. Viajó en una nube roja hasta la nueva casa y eligió un rincón a su medida. Hace tiempo que esa sonrisa no era sonrisa. Hace ya mucho tiempo que buscaba un lugar parecido a éste entre los recovecos de los antros pintados de fucsia y de rojo fuerte, entre las baldosas de sus pisadas silenciosas, entre los barrotes de las ventanas dormidas, entre los ojos de un oscuro diferente...

Y lo encuentra, y aquí se queda...

O por lo menos eso me está diciendo en escuchita...


¿Qué más piensas niña?


miércoles, 5 de septiembre de 2007

Danza de añoranza

Patalea fuerte mi pecho.

Y yo trabajando en la construcción de una pista de aterrizaje al puro centro de mis pupilas. Parecía fácil pero nada de eso.

Trato de montar sólo los necesarios castillos para no desmoronarme de un simple soplido.

Espero tu regreso tu calma tu beso. Deseo tu mirada invadiendo el color de la mía.

Ya.

Disgrego mis recuerdos reposándolos con desorden en los frascos viejos de vidrio.

Busco aquel pétalo de aquella flor morada de un libro que dejaste caer sobre mi inconsciencia, abriendo para siempre un abismo de mirada a la sensibilidad extrema. Una brecha a la pureza del hielo.

Merodeo la canción que bailamos y siento otra vez que no estás, que me rompo en mil pedazos de distancia que llevamos arrastrados en el cuerpo…

Y después te reconstruyo.

Te reconstruyo como un sueño.

Y comienzo otra vez la danza de la añoranza que cala en mis mortales huesos.

domingo, 2 de septiembre de 2007

León dormido

Las alas del león reposan sobre su espalda.

Respira los ruidos que llegan a su guarida al compás de la ventana tibia, y la luz se escurre por la persiana dibujando tatuajes de polvo sobre los hombros, sobre la cara, sobre las prendas de la piel del ermitaño dormido.

Respira profundo. Tal vez sueña. Y se abandona moribundo entre los brazos de la desidia.

Subsiste con las gotas de agua que inundan sus miserias, y que entran en su cuerpo a través de los poros de las letras. Eso es lo único que lo mantiene vivo, combinaciones de palabras que arrancan insolentes lo poco que le queda de hombre.

Hoy piensa mucho en su lluvia secreta y en el color que le deja su risa. Hoy la lágrima trazó un sendero de cristal hacia ella. Brota el reflejo de su canto y el trazo doloroso le muestra un camino con vida.

Ausente de caricia se levanta, yergue el corazón herido, abre la mirada y toma la mano de la mujer querida.

viernes, 31 de agosto de 2007

La valiente

de camino al Tena Lady

Cuando era todavía medio pequeña, formaba yo una mezcla extraña entre absurda, ignorante, peliculera e ilusoria al mismo tiempo... Y me montaba mis movidas.

Por ejemplo, tenía más que decidido que el día en que me bajara la primera regla tenía que buscar por la casa a mi madre, y, sin un temblor de voz, decirle aquello de "Mamá, ya soy mujer". Textual. Porque lo había visto en una película y me impresionó, y porque me sonaba de un rotundo y de un respetuoso firme, como requería la notificación. Era cariñoso pero grave al mismo tiempo. "Mamá, ya soy mujer".

Y eso no era ninguna tontería.

De repente iba a ser mujer.

Pero pasó el tiempo...

mucho tiempo...

y hasta Chabeli lo consiguió antes que yo...

(¿se lo habría dicho ella así a su padre, y por eso él le escribió la canción?)

Y yo esperaba y esperaba, guardando mi secreto...

y aquel día se demoraba

y hasta amigas más bajitas que yo se hacían antes mujeres.

Hasta que al final llegó.

Pero ese día no estaba mi madre. Estaba Encarna...:

"Encarna, ya soy mujer...... díselo tú a mi madre que a mí me da vergüenza."

martes, 28 de agosto de 2007

Agosto

Los últimos coletazos de Agosto se marcan en mi piel con la aridez de las palabras cojas, con un puto sol polvoriento y urbano que ya no me apetece tomar.

Y yo me pregunto por qué me habré vuelto tan malhablada, y creo que es culpa de evita, y de su hermana, que son una cacho descaradas y que no las linko aquí porque no sé, pero que vale la pena escucharlas. Y también por la culpa de cuatro locas más que me circundan y que achuchan mis días con el cariño de unas madres.

Y también me pregunto por qué estaré tan jodidamente sentimental, cuando lo que tendría que estar es haciendo el cabra. Lo de las hormonas ahora no es. En fin. Será ese pantalón que me pone tierna.

Saludos desde el calor de una mente seca.

Arg.

jueves, 23 de agosto de 2007

Soledad

Y hoy no desato el nudo que me ata con la vida,
no termina de caer el torrente de agua que invade mi pecho
y sube
y trepa a mi garganta
paralizando la saliva….

Y mientras ella trabaja
acariciada por la música de una lejana voz…

La soledad…

Y mientras trabaja
silenciosa
sobre las gruesas cuerdas desnudas
en el telar de abanico
que trama mi voz…

escucho…

Sí…

Hoy la soledad puede conmigo

y respiro

hondo

hinchando el vientre materno

y digo…

¡Mierda!.

viernes, 17 de agosto de 2007

Bzzzzz...

¿Despertador?

Infierno

un minuto más...

no, dos

tres

mierdaaaaaaa....

Hoy me duele algo la cabeza

Hoy me apetece acostarme desde que me levanté

pero de puro sueño

purito sueño acunado en un moisés
de mosquitera blanca,

pero creo que hoy tampoco habrá siesta...

no me importa,

hay tiempo para recuperar,

recuperar ese sueño

y todo lo demás.

martes, 31 de julio de 2007

El espíritu de la golosina

Sin darme cuenta encuentro mi camino en los pasos que llevo recorridos, no sé lo que me aguarda detrás de la siguiente esquina, poco me importa, y lo mismo duermo que evaporo pensamientos insomnes, mientras dejo al minutero tejer libremente mis oscuridades.

Calibro el pasado y voy abriendo puertas cerradas con llave. Me encuentro más pequeña y más vieja, más despistada y más lúcida, más delgada, más gorda, habladora y callada, tierna y petarda, lágrima y sonrisa, menuda y crecida. Mala y rebuena. Cachonda apática y monótona bromista. Inconstante, terca. Todo lo de siempre, + olvidadiza.

La contradicción o, como diría mi madre, el espíritu de la golosina.

Hoy he comido con dos amigas, sólo con dos amigas. Cada vez me distancio más de otras personas que ya no conozco. Pero nosotras hoy nos encontramos de nuevo, para después despedirnos, para volver a estar sola y tranquila, o no, lo de tranquila según me dé, no importa. Y, mientras camino de vuelta, mi mirada se vuelve hacia aquellas arenas movedizas que por poco me devoran. Ja. Y ahora me da algo de risa. Ja. Sólo un poco. Porque antes no veía más allá de mi propia sombra, y así andaba, tras ella, víctima del mismo minutero que hoy dejo tranquilo, consumiendo sin darme cuenta exactamente el mismo camino, la misma huella a cada vuelta, a cada detrás de la esquina.

Ahora no. Ahora no sé que habrá bajo la suela de mi zapatilla cuando la alce. Quizá una piedra, una porquería, tierra, una carcajada de golpe, esos pantalones que me ponen tierna, esa sonrisa... besos, besos, no sé, ya os he dicho que poco importa...

A partir de hoy la sombra andará detrás de mí.

lunes, 23 de julio de 2007

Lo sabía.

Despues de la noche volteando entre mareas blancas, sabía que hoy te iba a pasar, que ibas a divagar en busca de situaciones que te provocaran sufrimiento, que ibas minuciosa a rescatar de las tinieblas un catálogo de piezas límite.

Te ocurre cada tanto, ya sabes, y hoy se te veía en la cara.

Sabía que ibas a volver a aquellos ojos que te partieron el otro día..., a aquella chica que se esconde de la vida, a las palabras que se empequeñecen con su risa, con ese beso que cierra tus ojos y te vuelve a dejar caer la sencillez de una tontería. En la tragedia y la nimiedad, en ese juego de contrarios que se balancea hacia delante y hacia detrás, haciendo el amor embrutecido a una súplica.

Hoy te dije que te iba a pasar, pero también que lo olvidarías, que vale, que te sacudas bien fuerte con hipótesis, que te coloques tantas veces como quieras en el borde de la caída, pero que se pasaría, otra vez. Como cada tanto tiempo, ya sabes.

Es tan sencillo y tan complejo como esa vuelta otra vez a esos ojos, a ese miedo a esa niña, a ese beso con risa que cierra la puerta de golpe a cuatro tonterías.

viernes, 20 de julio de 2007

Emergiendo

Y comencé a sentir la sal en la boca, y me escondí tras las gafas de sol. Un puño cerraba mi estómago, un nudo de vientre en mi carne, en mis manos en mi frente que suda los días, las torpes ideas. Comencé a sentir la sal en las mejillas antes de dibujar el torrente, las formas las olas del mar recogidas con la lengua. Comencé a sentir su pico su pala, sirenas cavando en mis ojos su tibia dureza...

Comencé a sentir palabras que parten la pena en alas de gaviotas que se van.

Comencé a sentir

Comencé a llorar

Al fin,
de una puta vez
comencé...

sábado, 7 de julio de 2007

Burrito

Tira de un carro hacia adelante y con la mirada fija al frente… Lleva muchos meses haciéndolo, y hoy es el último día que pasa en la casa. Continúa luchando contra los fantasmas, contra las voces que le empujan a sentir nostalgia. Son pequeñas las batallas… la guerra está ganada.

Camina deprisa con la espalda cansada y la cabeza tecleando… Ha adelgazado pero vibra. Se mira los pies, se mira las zapatillas y ese camino que hoy comienza distinto. Sonríe. También se siente pequeña y miedo. Lucha. Gana. Lleva meses barriendo de su cabeza sensaciones huecas que empujan a un inmovilismo cómodo, y llenándola de colores y de bocas y de rojo y de voces de niños pequeños.

Un escritorio…
Un flexo niquelado
Folios
Libros
Y este ordenador que hoy está huérfano de mesa y se acomoda sobre mis rodillas.

Una foto de niña de los años setenta.
Son los mismos ojos.
Reencuentro.

Abrimos las puertas de la nueva casa las veinticuatro horas del día durante el completo año.

Quedan todos invitados.

Hay cervezas… frescas.

martes, 26 de junio de 2007

Se abre el camino

Y al fin
hoy,
siento que se abre mi camino.

Me llegó con la música de ella cantada a dos voces y media en el coche. Me llegó con un día de aire de fuego. Me llegó con una sonrisa de niña de dientes abiertos, hollito en mejilla y mirada de avellana madura. Y con los ojos de oliva de su hermano siguiéndole el juego.

Mi camino está lleno de tierra roja y verde pino de Serra. De zapatillas de huida. De espejos que día tras día me han chequeado el alma sin piedad, sin consideración alguna, obligando a sacar alegría a una nube agrietada en las formas. Lleno de gargantas de piedras que suben la arena a mis ojos. Llenos de esfuerzos por mantener el poco timón a la vista. De cuadros de miedos colgados en el pasillo.

Lleno de prisas, de ajetreo de despistes, de llamadas, de olvidos, de risas, papeles, papeles, tareas pendientes, de enfados, despotriques, de culpas, y otra vez la dichosa arenilla. En los ojos. Y el esfuerzo por mantener la mirada erguida.

Lleno de voces amigas, de besos, de besos besos, de soledad, de cocina, de manos que indican, que toman, de abrazos, de hombros, de espaldas regaladas.
De magos y de brujas. De luceros. De apoyo, de fuerza, mujeres que empujan y empujan la barca y la sacan y la dejan al fin caer a su propia deriva.

Se llena de una niña que quiere llevarse bajo el brazo únicamente su desorden de libros, aquel periquito enamorado de sí mismo, y una inútil caja fuerte repleta de aire y sesenta y siete céntimos de euro.

Aunque parezca insignificante, es toda una vida.

viernes, 22 de junio de 2007

Delirio

O el placer de deglutir palabras.

Para Evita y Víctor

Camino medio despacio
medio deprisa,
mis tacos repican contra el horizonte
de aquel dibujo de niño
reflejado en el escaparate sucio.

Levanto la frente,
por primera vez en quince días.

Respiro el trazo de un leve latido,
y esta noche
me lame la cara el mar.

Los brazos descansan de vigías
y los dedos
dentro de las manos
dibujan un círculo.

....

Pasa el aire...

Tropieza con mis cantos

y erosiona.
....

Los tacos calibran
la huella de un largo camino

y escucho.

....

Me dejo caer,

y el sutil palacio
el ensueño
secuestra la pena
en sonrisa y delirio.

martes, 19 de junio de 2007

Encuentro

Hace tiempo que la buscaba entre los restos de las miserias que le dejaban los días. No sabía que hoy ocurriría. De cuclillas, la espalda contra la pared, observa en silencio la casa vacía en la que va a transcurrir su nueva vida.

Así ha sido. Podía haber ocurrido otro día y en cualquier otro lugar. Pero aquí se encuentra hoy, después de tanto tiempo sin escucharse la voz.

La postura es la suya. Rodea con sus brazos las piernas y junta las rodillas a su cuerpo. La última vez que estuvo así se fumaba un cigarro y respiraba la noche, la penúltima lloró largamente apoyando la espalda en la lavadora de la casa antigua. Aquello fue más triste, es cierto, pero se trataba de un escalón más.

Un escalón necesario para llegar hasta arriba.

Y hoy se encuentra con su soledad de cuclillas, sujetando con la espalda una pared desconocida... después de tanto tiempo arrastrando las ganas, y demorando hasta mañana su silencio.

Y se pregunta la razón por la cual no puede retener las ideas, la razón por la cual acumula papeles, la razón por la cual está hoy aquí, sola, deseando sudarse a sí misma.

Y parece que escucha voces, pasos... y se pregunta cómo resultarán aquí los olores.

Y se imagina cómo será el tacto del resurgir de una decadencia. Debe parecerse a sanar moraduras.

Y no puede detener su mente.

Y desea que el huracán pase por encima de ella mientras espera aquí, en silencio, de cuclillas, aspirando la vida de esta nueva casa vacía.

miércoles, 13 de junio de 2007

Emergiendo

Emergiendo en silueta niquelada
los cantos de un río
desfallece la voluntad diurna
entre pisadas de elefantes.

Y sacudiendo arena de olvidos
troceas el pan
y repartes en manos la lucha
rellenando el hueco del agua
con eslabones de cadenas de caminos.

¡Llegaste!
Conseguiste emerger de las cortinas de hierro
y te salvaste.

Al fin.

Te salvaste.

lunes, 11 de junio de 2007

Descascarando

Los restos de la batalla dejaron el cuerpo semi desnudo
en la orilla y oliendo a vinagre...
Sus manos soportaban marcas de nudillos golpeando,
los ojos entrabiertos no reconocían la luz,
la boca simulaba la vertiente de una sonrisa que pudo ser.

El pescador rozó un temblor en la piel
que expulsó una cáscara de cal seca.
Sería cuestión de cuidar.
Sería cuestión de luchar.
Quizá de salvar una vida.

Sería cuestión de lamer heridas,
y de ir despegando con besos y saliva las cáscaras de cal
que cubren el cuerpo inerte
que encontró en la mañana del mar...

poco a poco...
descascarando a una mujer dormida...
poco a poco...

quizá el pescador sea un caminante que no sabe que camina.

viernes, 8 de junio de 2007

Hoy Consejo

Reunidas hoy a las 13:30, en la sede del Consejo de Locas Ochenteras, ubicado en bareto cutre sandwich miXto, las siguientes mujeres:

- Dos libertades con sonrisas de espuma.

- Tres mamás polvo con mucho que ofrecer.

- Una tequierotequiero con amigo y amante todo junto.

Entre ojos brillantes y amplias sonrisas, comienza la sesión del Pleno.

Mamá polvo 1 comienza sugiriendo hacer un análisis exhaustivo de un sujeto llamado Lázarus. Libertad 1 dice que está muy bueno y que tiene rollo. Sin más. Mamá polvo 3 pregunta mucho y entiende la mitad. Mamá polvo 2 indica que a ella lo que le van son los extranjeros. Que hablen en inglés a ser posible. Libertad 1 responde que a ella le van los vecinitos. Mamá polvo 1 comenta que a ella todos los de 25 a 100. Mamá polvo 3 no se entera.

Tequierotequiero comienza a comer e increpa a las tres mamás polvo que, a ver si comen Ustedes más y beben y fuman menos que se están quedando como raspas de pescado. Mamás polvo todas juntas ríen y beben y fuman e ignoran la comida, las dos libertades miran el bocata y tequierotequiero pega el primer bocado dejándolas estar, y entredientes y entrepan masculla que a ver si se instala en las mamás polvo el amor y comienzan a engordar ya.

Libertad 1 habla de una receta de alitas de pollo picantes que le salen súperbien, libertad 2 pide que le ponga una ración en un tuper de poliuretano y un paquete de bocabits acompañando, mamá polvo 1 habla de Lázarus, mamá polvo 3 castorea con el pensamiento, mamá polvo 2 dice que a ella lo que le gustan son los extranjeros. Las tres apuran la cerveza, piden otra, prenden pitillos y pasan del bocadillo. Tequierotequiero ya terminó el suyo y habla con su amante amigo por teléfono y se despide tal que así: tequierotequiero chaochao, de ahí su nombre. Es obvio.

A las 16:00 dan por concluido el almuerzo, y las seis sujetas se despiden dejando como restos de la reunión siete charlas a medio terminar, trece miradas cómplices y energía para para un tren. O dos. O tres. Y sin llegar a acuerdos.

martes, 5 de junio de 2007

Vaaaaa

Bueno, ¿pero no han visto Ustedes las nominadoras que tarde es? me tienen fastidiada con ese... eso que tiene dos emes pero que no lo voy a nombrar porque me da mucha rabia de la rabiosa solo su nombre.

Pues llevo varios días ya pensando esas ocho cosas, y puede ser algo así:

1.- Mi mente es totalmente abstracta y entiende las instrucciones a su manera, a su way, vamos, por lo que eso de que tengo que escribir las normas interpreto que es que "yo hago mis normas del juego", por lo que cambio una y no nomino a nadie al final. Una razón es que se ha agotado el personal, y nos podemos tirar dos semanas todos haciendo el garrulo.

2.- Me gusta el chocolate en todas sus variantes. Y los grumos del colacao.

3.- Me gustan cantidad mis amigas que son como hermanas y mis hermanos que son hermanos.

4.- Mi vida la guían cuatro ojos como luceros.

5.- No me gusta conducir pero me encanta la libertad que me da.

6.- No me gustan los animales domésticos porque les cojo demasiado cariño.

7.- Me empeño en dormir poco.

8.- Me gusta estar aquí.

Uffff

Llegué.

lunes, 4 de junio de 2007

Rincones

Esos rincones osados
rechazando vulgaridad
que se tornan
altaneros y cómplices y silenciosos
de nuestros abrazos...

Lugares que perdieron el ordinario
para postrarse casi humillados
ante unos besos
que caminan y nuestros labios...

Paredes que silban tranquilas
y miran hacia otro lado,
con ojos testigos de savia
de lucha por una silueta
por un vuelo de gaviota
que son tus brazos
en mi libertad...

miércoles, 30 de mayo de 2007

Recogiendo sueños

Andan desperdigados…

montañas de sueños esparcidas por los pasillos.

Colores viejos

manchas de lejía raídas en tela y

ropas viejas con ayuda de bastón…

Ando recogiendo los suelos

y oliendo sueños

y soportando el hedor marchito

y los extiendo

y los miro…

quizá no sea más tarea que la de un alquimista.

lunes, 28 de mayo de 2007

Es locura

Es locura altruista
la que desnuda los huesos
en letras
tras los telones de una intimidad
a manos y a oscuras...

Es locura infinita
la que erosiona
nuevas piedras abriendo un camino
atrincherado tras la travesura
del atrevimiento,
tras la forma caprichosa
de una flor violeta oliendo
entre las páginas de un libro...

jueves, 24 de mayo de 2007

Y...

Y abandonamos el olor a patata hervida
y nos permitimos marchar
sueltos y pequeños y
libres
sin más ataduras que unos simples gestos
cómplices que señalan camino.

Y abandonamos el mullido colchón
que un día evaporó los instintos
y nos dejamos
castigar por el ansia
de una cama llena de arrebatos,
de cenizas removidas
que soplamos
y brillan calentando los huesos
que parecían dormidos...

viernes, 18 de mayo de 2007

La leyenda del niño chico

El niño chico nació grande y cubierto de pelo. El niño chico pasó las tres primeras semanas de su vida llorando de pura pena que le daba abandonar su casa materna.

El niño chico, pasadas esas tres primeras semanas, paró de llorar, y comenzó a beber leche dulce y a dejarse besar.

El niño chico creció, y a los dos años realizó sus primeros dibujos. Pintaba círculos huecos que después rellenaba con primoroso cuidado de un mismo color. El niño chico demostró ser aplicado desde esa edad de dos años.

El niño chico tenía tres hermanas mayores y un hermano pequeño, y se entendía bien con ellos, y le gustaba observar sus movimientos, y sus reacciones. Y le molestaba cuando alguno gritaba o lanzaba cosas al suelo, el desorden le dolía en los oídos.

A los cuatro años el niño chico ya sabía escribir y casi leer.

A los siete comunicó a su papá y a su mamá que de mayor iba a ser crítico literario, sólo le entendió el abuelo, que los escuchó de lejos, y es que en la casa del niño chico también vivía su abuelo.

El cuerpo del niño chico cambió y se enamoró por primera vez. Ya entonces sintió que algo en el pecho se le estaba viniendo abajo… era su corazón, el corazón del niño chico que casi se le salió la primera vez que conoció el amor.

El orden del niño chico devino en desorden y arbitrariedad a la edad de catorce años. Entonces, hasta los propios hermanos, consideraron a niño chico como a un extraño. El abuelo sí lo comprendió, y es que el niño chico estaba creciendo.

Pasaron los meses, el niño chico definió su propio carácter, tranquilo, pero cuando se le acumulaban sensaciones notaba algo muy fuerte en el pecho que le hacía marear. Por eso la madre resolvió llevarlo al médico.

Tiene dos corazones su hijo, señora, las radiografías así lo confirman. Cuídese de que este niño ande siempre bien querido, pues si sufre lo hará doble.

Y así se hizo.

Y en la casa se decidió cuidar al niño chico como a un noble, y él quedó allí instalado, paseando sus dos corazones hinchados de bienes por los pasillos.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Despertando la mirada

Mirada de hombre y de niño
que deja dormir su paciencia
en la cuna de un calor caduco
rehogado en suspiros.

Castigando su silencio
lanza su voluntad al río
y ciego se deja llevar
por los brazos atolondrados
de madera y cielo y agua.

Toma la mano amada
y la mide
en un gesto de casta ternura,
y engendra sobre ella
las ilusiones
que son perlas de mirada,

perlas bañadas en hombre
perlas bañadas en niño.

lunes, 14 de mayo de 2007

Y me regalas a tu sombra

Pequeña ingenua,

hija de la savia

fruto de las calles sucias y del carbón,

ignorante de su labor de costura

sigue tu aura y se esconde

cuando el sol transforma el dolor

y aclama mis besos.

Y me la regalas,

y me regalas a tu sombra bajo el cielo tendida

para sentirte completo,

cuerpo y sombra y caricia,

beso
beso.

jueves, 10 de mayo de 2007

Y no te sacia...

Bebedor de mis palabras...

y no te sacia mi letra

la sed de mis entrañas.

Y no te sacian mis besos versos escritos

el deseo palpitante de mi boca.

Y no te sacian

no te sacian mis caricias enviadas

el trotar del murmullo de mi piel

sobre tu alma.

miércoles, 9 de mayo de 2007

No doy crédito

Esta mañana me he dormido.

Como estaba contenta pisé tranquilamente acelerador de la vida y salí de casa "casi" a la hora deseada.

Esperando con el coche en el semáforo, bajo la ventanilla, y canto mi música, así, a mi manera. Respiro, hace un bonito día. Observo a la gente que conduce a mi alrededor. Personas solas, o acompañadas. Calladas. Una chica se retoca los labios. Un hombre serio mira hacia el frente, parece un muñeco. Siempre me pregunto por sus historias.

Me llama la atención la cara de una señora que conduce un monovolumen delante de mí. La veo por su retrovisor, con su pelo de rulos teñidos de rubio, con su cara redonda y mayor, con su blusa de flores. Me hace gracia, no sé exactamente porqué, pero me hace gracia. En una travesía de la avenida pongo el intermitente a la izquierda. Ahí los coches también están parados. Para no formar tapón amago por un lado y cuelo mini-pikantus en un hueco.

De pronto....., de pronto un pitido insultantemente dirigido hacia mí hace que se me espanten de la cabeza todas las perezas. Como un árbol lleno de pajarillos recién sacudido. Escucho:

Piiiiiiiiiiiiii, piiiiiiii....

- "Gilipollaaaaaasssss".....

Dios, es a mí, alguien me está aberrando desde otro coche..., no doy crédito. No- doy -crédito. Grita y pita sin parar.... Miro, busco... y ahí la encuentro. La señora del monovolumen me está gritando desde su coche... -

- "Gilipollaaaaasssss, no te cueleeeeeeesssss...."

Y yo, ay madre, nadie me había gritado nunca gilipollas por la calle, y menos a esas horas, y una señora con esos rulos y esas gafas, y esa edad, y esa cara... Sin perder la compostura y la sonrisa, que ya se me estaba lacerando por dentro, le digo:

- "Señora... tranqui, tranqui, que me he puesto para no taponar avenida. No tengo ningún interés en colarme a su culo grasiento... Pase pase... gorda" (lo de culo y gorda entredientes).

Y ella a su puta bola:

- "Gilipollaaaaaassss, a la colaaaaa....aghhhh......ufff.....heinnnnnnn....

Yo ya no entendía nada...

Pienso: ¿Me convierto en una macarra, salgo de pikantus y me encaro a ella? se está pasando cuatro pueblos y me lo está poniendo a huevos.... Pero no, soy de naturaleza pacifista y ella es una mole a considerar.

Sigue increpando. Y sigue y sigue en el interminable semáforo en rojo. Subo mi música y mi ventanilla. Cómete el asfalto, absurda!, ganas de ponerme de mala leche.

domingo, 6 de mayo de 2007

Silencio

Y envuelta en este silencio
me golpean en la cabeza
palabras llenas de ti,

palabras que se empujan
atropelladas
porque quieren abrazarte
primero.

Y tu manto cálido
vuelve a arropar mi calma
mi lucha
mi discusión rebelde y serena,
mi contradicción.

Y vuelve tu palabra
pero esta vez con tu mirada
con tu piel
con tus labios
con tus labios

vuelve

y añoro abrazarte otra vez...

jueves, 3 de mayo de 2007

Algo sobre Loredhi

Loredhi es morena.

Loredhi no es ni fea ni guapa, Loredhi es normal.

Loredhi no es ni gorda ni delgada, Loredhi es algo parecido a una flaca con carne.

Loredhi está sana como una manzana, aunque no se preocupa de deportes y dietas. Loredhi pasa de todo eso, le da como pereza.

Loredhi parece buena, pero a veces tiene muy mala leche. Y casi siempre se le nota, aunque intenta no usarla demasiado. La leche. Y si lo hace, le pone chocolate.

Desde hace pocos días a Loredhi parece que le han crecido dos alas en la espalda, no por santa sino más bien por ligera.

Anoche, al acostarse, Loredhi tuvo la vaga sensación de haber llegado ya a la cumbre de una montaña. Al mirar hacia abajo tuvo vértigo, pero le alegró mucho más el sentir que al fin podía respirar.

A Loredhi le gusta mucho estar sola, desde pequeña, y si la cabeza se pudiera comer, Loredhi sería una mujer descabezada.

Cuando Loredhi se acompaña siempre lo hace de personas con corazón de patata, nunca de personas con cara de rata. Salvo lo inevitable. Y por el tiempo justo. Sino se pone casi enferma. Le gusta pensar cosas raras cuando alguien que no le gusta le habla. A ver si lo ahuyenta.

Loredhi no es nada moderna, Loredhi se limita a vivir en su mundo y a mirar sonriendo o frunciendo el ceño lo que pasa a su alrededor. Según.

Loredhi disfruta pescando en su río temas sin pies ni cabeza. Siempre sueña. Por norma despierta.

Loredhi no entiende de trámites, de papeleos, de cuentas, de listas cerradas, Loredhi sólo entiende, más o menos pasable, de personas. Es verdadera experta en nada.

Loredhi no le da importancia a muchas cosas. Cuatro, cinco quizá, de lo demás ni se entera. Medio sorda medio ciega, Loredhi es una despistada eterna.

Loredhi hoy se siente libre.

Hoy también se siente cansada,

quizá porque al fin esté ganando una especie de batalla contra el sistema.

Loredhi empieza a partir de ya

la bajada

a su playa

de arena.

martes, 1 de mayo de 2007

K os

Silencios
Palabras atropelladas
Papeles
Relojes
Pantallas
Palabras
Respiro
Bebo agua
Pienso
Sonrisas
Tristezas
Ilusión
Miedo
Fantasmas
colores
Lucha
Sabor a limón
Café
Azucar
Hoja de menta
Silencio
Ruidos
corazón
Palabras calladas.

domingo, 29 de abril de 2007

Ya ves...

Y ya ves, si al final todos somos iguales, o casi iguales.

Quien es gilipollas lo es siendo hombre y siendo mujer, y quien no lo es, pues no lo es en ningún caso. No hay más.

La clave está en la amistad, querido. Para mí lo perfecto sería poder llevarme y tener confianza con un hombre (que me guste, claro) como con una amiga, porque así, además de risas habría sexo... ¿tú sabes? ... eso debe de ser cojonudo.

Después de una cena, después de un paseo, después de una ducha en casa, incluso después de una absurda discusión, en lugar de poner cara de perro/a y largarte bien lejos, mirarse a los ojos, encontrar brillo, y liarse a morreos por el pasillo, y acabar desnudos amándose... ¿tú sabes? ... si alguien tiene eso, para mí lo tiene casi todo.

Será la primaveira.

miércoles, 25 de abril de 2007

Caballero

pues para moñas, yo.

Caballero,
derrame su corazón
ante esta dama que le escucha.

Caballero es usted tan bonito por fuera y por dentro
que el mundo se está perdiendo manera más bella de amar,
que no la hay,
manera más bella que la suya.

Caballero,
déme el placer de bailar esta pieza conmigo,
abrácese fuerte a mi cuerpo
y juntos dejaremos a nuestros pies que recorran universo,
a tientas, a ciegas, a locas,
como dos niños perdidos que casi tienen miedo,
como un barco de espaguetis
zarandeado por el oceano.

Caballero, permita a esta humilde dama que le siga queriendo,
y que sumerja su cara en su cuello,
mientras le respira, mientras le sueña,
mientras le besa besa, mientras le mima
y le mima a cada momento.

Caballero,
le amo
caballero.

Déme el placer de seguir haciéndolo.

martes, 24 de abril de 2007

Libre de espera

para un poeta

Al menos somos libres de la espera cansina
que nos ha tocado vivir.

Al menos un atisbo de cielo se deja entrever
empujando mis pisadas
y parte el día tras día
gris de asfalto.

Al menos será libre esta espera
surgida de una hoja verde
aquella noche sobre mi hombro.

Al menos
al menos sí, querido,
al menos podremos decir que pusimos
corazones sobre la mesa
una vez.

Al menos eso,
por una vez, querido,
libre de espera
por una vez.

lunes, 23 de abril de 2007

Danza de azar

Cuando siento que he estado demasiado tiempo en mi nube, cocino.

Música, tomo una larga cuchara de palo y un cuchillo pequeño como instrumentos, y comienzo mi propia melodía. Al ritmo de la música, de los fuegos, de los olores, de la imagen de las manos de mi abuela cortando, del ruido molesto y familiar del extractor de humos, comienza la danza.

Mano izquierda en la barriga, mano derecha extendida, bailo.

Miro hacia arriba cerrando los ojos. Los pies se mueven arrastrando, y sonrío al pensar que nunca he sabido bailar. Pero aquí lo hago, estoy sola, y sola no me importa bailar ni tampoco cantar en voz alta. Aquí bailo como quiero. Y recuerdo que hace apenas quince minutos, al salir de la ducha, me he mirado a los ojos. Me he mirado largamente dentro de los ojos dentro del espejo de dentro del cuarto de baño, y un color castaño me ha sonreído. Y recuerdo que mis ojos unas veces sonríen y otras no, y que hoy sí lo hacen; quizá sosteniendo sus labios un par de palabras leídas ayer. Como la luna del viernes, que sonreía, también sostenidos sus labios por palabras. Un par, no más.

Y miro hacia el suelo, mis zapatos cómodos dibujan azares sobre el suelo de la cocina, y mis vaqueros se mueven abrazados a mis piernas. Y miro las baldosas grises, y me acuerdo de las baldosas blancas y amarillas de cuando era pequeña, y pienso que mi camino está marcado por baldosas de colores, y que mis pies siempre andarán saltando de las unas a las otras, sorteando la pares, buscando las impares, de las blancas a las amarillas, de la arena a la cal. De la cal a la arena.

Y mirando hacia el cielo con los ojos cerrados, sonrío de nuevo pensando que ya no recuerdo la razón por la que me había sonreído antes. Y pienso que la danza quizá me pueda ayudar con mi mala cabeza. Y así decido que sea. Dejándome llevar por ella.

jueves, 19 de abril de 2007

Aquellos solidarios años

Hoy he visto a una antigua compañera de colegio, se llamaba Natalia Zanón y era una niña delgadita y rubita, con el pelo así rizado, que sacaba muy buenas notas. Y le gustaba mucho el deporte. No me caía ni mal ni bien. Hoy estaba igual que la Zanón niña, pero más vieja. Un tanto demacrada pero queriendo hacerse la jovial.

Mi amiga Sonia siempre me cuenta que se ve a niñas del colegio por las calles. Yo vivo en la misma ciudad y me encuentro a razón de una niña-envejecida cada seis años, tirando por lo alto. Y yo le digo, jo, Sonia, ¿cómo lo haces?, no es que dé envidia es que sencillamente no lo entiendo.

Me acuerdo que había una niña Begoña, y no recuerdo el apellido, que tenía la cara aplastada y era muy bajita, y yo le tomé manía por eso, y desde entonces no me gusta el nombre de Begoña. Fue por culpa de esa niña lo de mi manía al nombre.

Había otra que se llamaba Beatriz Doménech. Era muy alta y llevaba aparato de dientes, lo que le afeaba la sonrisa. Era muy morena de piel y tenía siempre sombra de bigote, y le teníamos manía sólo por eso, y también porque era repetidora, y también porque le había bajado la regla en un tiempo en el que a nosotras nos daba asco. Le gustaba mucho Julio Iglesias, creo que fue su fan más joven, fan desde los nueve años. Y a nosotras nos sorprendía que estuviera tan enamorada de alguien de la edad de nuestros padres. Por eso también le teníamos manía. Creo. Por lo de Julio Iglesias. Aunque todavía me acuerdo de una carpeta forrada de sus fotos. Maldita Beatriz Doménech, aprovecho para decirte que cada vez que he visto a Julio Iglesias en todos estos años me he acordado de ti.

Luego estaba María Ferrandis Mora que era una niña muy silenciosa que iba siempre o casi siempre delante de mí en las listas. Sacaba notas medias bien. Apenas hablábamos. No me caía bien, pero tampoco mal del todo. Me daba bastante igual todo lo que aconteciera en su vida en general, aunque me daba rabia que al leer las notas en alto siempre iba ella primero y siempre las sacaba mejores que yo. Pero no me metía con ella, hasta una vez le tuve que consolar por UN suspenso, al tiempo que pensaba mal rayo le partiera, por llorica. Pero lo pensé sin decirlo. Teníamos una relación de respeto, imagino.

Mónica Martínez Mut sí que fue una buena amiga. La verdad es que dudo que haya niñas tan buenas como era ella. Era muy simpática, y sacaba notas normales como yo. Y nos gustaba hacer teatro y ponernos pelucas y reírnos de tonterías. También escribíamos poesías idiotas a las profesoras, y nos moríamos de la risa de solo leerlas. Se fue pronto del colegio porque sus padres se separaron, y a mí me dio mucha pena, que se fuera del colegio, no que se separaran sus padres, porque a su padre casi no lo conocía.

Luego había una que sí que era la clásica marginada. No me acuerdo de su nombre. Un día trajo un bocadillo de mejillones para almorzar, y nos burlamos de ella. La pobre no creo que almorzara esa mañana, a mí me daba pena pero no tenía agallas para enfrentarme al resto. Al poco tiempo mi querida mamá me preparó el primer bocadillo de mejillones de su vida…. Obviamente, al destaparlo en el descanso, además de casi darme un ataque al corazón y mirar hacia ambos lados para asegurarme que nadie lo había olido o visto, me apresuré a una papelera lejana, y hurgué hasta el fondo para depositar allí el bocadillo sin tocar… Ese día no almorcé.

¿Qué pasa?

Solidaria que era una.

miércoles, 18 de abril de 2007

Noche,

abandonada,
otra más,
en la vereda de la vida.

Suma la noche a otras noches ciegas de plomo
y de lluvia
y de manos que buscan
un asidero a la entraña misma,
y de palabras que esconden
sensaciones secretas
y mudas.

Noches altivas que flotan
en nubes de humo y gargantas,
y quedan en voces
en risas
en miradas rehogadas en tibia lujuria,
roces.

Linda ave de paso,
la noche entre otras noches.

domingo, 15 de abril de 2007

Águeda

Lleva 87 años y 105 días escalando aquella montaña.

Dicen que se llama Águeda y que fue la hermana menor de una familia de once hijos, que vivía en una cabaña por los arrabales del pueblo. Eso cuentan los pocos que todavía pueden hacerlo, que son bien pocos, quizá ya hoy ninguno. Porque la tal Águeda, de haber sido todo esto cierto, tendría hoy más de cien años.

Cuentan que siempre fue una niña rara, oscura, tímida y pocas veces encontradiza. Que no caminó con niños ni con niñas. Que pasaba las horas perdidas del día cazando perdices y degollándolas en un descampado que todavía existe, desde donde se ve la montaña. Siempre fue rara. Ni hembra ni varón. Rara. Y enfermizamente triste.

Vestía con prendas holgadas y se recogía las faldas en los tiempos de calor. Se hacía sombreros de paja. Nadie los llevaba. Y los niños del pueblo, que estaban acostumbrados a su figura, cuando la veían aparecer por la cuesta de la vereda se le acercaban y revoloteaban gritando y riendo, haciendo unos burlescos corrillos que a ella parecía no importar; al final los espantaba. A los niños. A los pájaros.

Cuentan que fue una mañana de julio cuando Águeda desapareció del pueblo. Tendría unos veintitantos años y ya aparentaba ser una anciana. Delgada, oscura y fibrosa, y de andar partido. Con sus ropas, con sus mallas recogidas entre las piernas de bambú seco. Cuentan que en las últimas semanas dejaba por las noches los plumajes de las perdices degolladas esparcidas por la plaza de la iglesia. Plumas servidas entre tierra y sangre quedaban a la espera de la mañana. Cuentan que el alba que no despertó de plumas encarnadas, fue lo último que pisó Águeda de aquella tierra...

Y allí está, ahí la encuentras, lleva 87 años y 105 días escalando aquella montaña.

viernes, 13 de abril de 2007

Algo inverosímil

A ver,

Junten
un dolor de cabeza
una cena llenita de prisas
y una cerveza fresca.

Añadan
una música gitana
unas luces de coche
y un par de poemas

no más.

Salpimenten con
una bruji generosa
que pinta tu vida del color que elijas
una mala mujer que es buena
pero más chulilla
que ochenta y ocho ochos

y una moto abandonada.

Rieguen todo de cerveza.

Y, sin reservas,
comino de las manos de un poeta.

A fuego fuerte fuerte
tendremos
como resultado
un plato
inverosímil
que al día siguiente da sueño
y ganas de decir tonterías.

Y de postre,
una furgoneta siniestrada
que se perdió en Cáceres.

Y si no lo has entendido
mejor,
más inverosímil
y sabroso
será.

martes, 10 de abril de 2007

Alter ego

Rellenando los huecos que le dejó su silencio, camina despacio por la calle, reinventando para sí misma nuevas historias que sirvan de arena en el vacío de ese reloj de cristal y tierra que le engaña cada vez que se da la vuelta.

Imagina de nuevo situaciones que no son, que nunca van a ser, palabras no tejidas que únicamente fueron voz en su cabeza; bocas sedientas, ojos cerrados, respiraciones atropelladas y el latir de un caballo en el pecho; y mientras camina mirando hacia el suelo y sorteando la pintura del asfalto, recuerda que un día fue una niña que contaba baldosas blancas y amarillas. Sorteando las pares y buscando las impares. Encajando mentalmente las piezas de un puzzle que ella sólo entendía.

Y recuerda con cierta rabia que lleva media vida intentando rellenar los huecos con la arena de recuerdos y de palabras que nunca fueron, que lleva media vida sorteando historias inventadas y reales mientras salta de las baldosas blancas a las amarillas, de las pares a las impares, de cal a arena, que lleva media vida viendo cómo da la vuelta ese reloj de cristal y tierra. Que al final sus pasos son eso, simples colores en el asfalto trazando su vida.

domingo, 8 de abril de 2007

Para mi colección

He estado en mi montaña. Allí siempre me llevo varias cosas para leer. Al final es tal mi relajación que nunca leo lo suficiente, siempre lo hago menos, pero ese menos sabe diferente. En mi montaña todas las palabras saben distintas.

Esta vez, rescato para mi colección un fragmento de un bello poema de amor de Pablo Neruda. A disfrutar se ha dicho.

Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.

Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se desdobla en el ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.

O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.

Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.


...

jueves, 5 de abril de 2007

Me gusta

Me gusta mirarte
todo lo que me apetece
me gusta estar más tranquila
me gusta subir las ventanillas de mi coche
y con mi música sonando
cantar fuerte
y conducir mi vida
y en un semáforo en rojo
que entre el aire mientras enciendo un cigarro
y saco la mano chulilla.

Me gusta pensar que un día conoceré Marruecos
y otras muchas ciudades bonitas.

Me gusta meter la pata
hacer el idiota
decir tonterías
y cortarme el pelo
como un chico malo.

Me gusta pensar que mañana calzaré mis zapatillas
y que pisaré mi montaña
y que por la noche tendré un frío
que sólo me calmará
un susurro de viento helado

y tu recuerdo.

Me gusta hoy pasear por las calles anónimas
de mi ciudad mojada
y pensar que nadie sabe que mañana visito mi montaña
con mis zapatillas de huida
con mi pelo cortito

que nadie sabe todavía
que estoy viva.

miércoles, 4 de abril de 2007

Miradas

Y no van a ser hoy las miradas de las personas, que también hablan. Hoy serán las miradas que utilizamos para interpretar la vida.

Hay días en los que no miro; paso por la vida como planeando y apenas me fijo en nada.

Hay otros días en los que me siento más receptiva para acoger con mi mirada cosas. Y distingo entre la jungla:

Personas mayores, muy mayores, con sus arrugas, sus pieles cetrinas y su cuerpo encogido, gris. Apoyados en el bastón de la espera. Me cuesta creer que alguna vez fueron corazones de ojos vivos, me cuesta creer que alguna vez fueron niños.

También las menos mayores. De este grupo me inclino por las mujeres; gran riqueza de matices que poco tiene que ver con la belleza externa. Excluyo a las mujeres que se operan en una lucha estúpida contra el tiempo y entonces se estropean, ahí mi mirada sólo dice: menuda mierda. Incluyo al resto de mujeres mayores con trabajo a sus espaldas, con la bata, con zapatillas, con sus permanentes caseras, con sus gafas sucias, con sus despistes y sus risas, sus andares cansinos y pacientes, con sus manos de tocar agua, y lejía, mujeres que se han trabajado sus arrugas, que huelen a ajo, a sábana limpia y a casa desagradecida. También mujeres que guardan las penas en una cajita y se dedican a vivir el momento sacando sonrisas.

Los jóvenes. Con sus pelos, sus pendientes, sus colores, con sus jergas y sus miradas cómplices. Lágrimas de risa y de pena. Con sus vaqueros caídos y sus andares distintos. Jóvenes que abordan la realidad a tiras. A su manera.

Y los niños.
Bendita la mirada de los niños.

martes, 3 de abril de 2007

Y será el viento

sólo el viento despeinando
perezas acostadas
sobre gris y cielo y plomo.

Sólo el viento

el viento azotando
las penas dormidas
tras las ventanas
y removiendo orín
bajo las camas huecas.

Entra

entra viento y sopla
pellejos de cuerpos raídos
y lleva silbando
lo poco de lucha que queda.

sábado, 31 de marzo de 2007

De grava y juego

Zapatos que duermen a tu lado
con gesto cansado y
guardando el secreto
que esta tarde escondimos en nuestro pecho.

Zapatos que tu sueño velan,
que descansan
rendidos
de sudor pequeño,
de los gritos en el patio que imagino,
de esa herida nueva en tu rodilla.

Zapatos oscuros
pintados de grava y juego,
oscuros como tus ojos
vivos de fantasía,

dragones que se comen cocodrilos
espadas poderosas
carreras por el pasillo
risas que caen en cascada sobre mi vida.

Zapatos testigos
de tus pasos valientes,
y fieles compañeros
que aguardan el día
durmiendo bajo el manto
de tu respiración
limpia.

viernes, 30 de marzo de 2007

Va por ti

Cuando yo conocí a Mario, él ya no estaba.

Me lo presentaste subido a un vagón de tren, mirando a una niña pecosa y rebelde que quería desaparecer del mundo. Que se tragaba sus propias lágrimas mirando por una ventana.

Me lo presentaste abrazado a una guitarra, con su alma de cuerda y madera, intentando amarrar con su voz a esa niña que volaba.

Me lo presentaste con sus ojos azules de payo, y esa piel morena gitana heredada de su madre, de su Granada.

Me lo presentaste ya amándote, cuando en aquel vagón de tren lleno de niña, de pecas, de lágrimas reprimidas, de guitarra y de fanta, decidió dedicar su vida a hacerte feliz, a intentar hacerte feliz.

¿Lo consiguió? sólo tú lo sabes, amiga. Sólo tú conoces el sabor de sus abrazos y de sus silencios, guardados para vosotros dos en una vieja caja de cartón. Abrazos que te siguen llegando callados.

Hoy, me dices, es su cumpleaños. Va por ti Mario, por no haber dejado volar aquel día a la niña rebelde de pecas.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Días extraños...

en los que tienes muchas cosas que sacar pero no sale nada

en los que el colacao te sabe a sal

suelen ser como el de hoy

grises días

en los que el cielo te llora lo que va por dentro

en los que piensas una cosa y todo lo contrario

en los que buscas soledad y compañía

en los que ni tú misma te entiendes

en los que quieres convertirte en cometa

en los que no te fijas en los ojos de la gente

en los que comes por obligación

y fumas por vicio

en los que piensas en tocar la piel de ese hombre distinto

días en los que volarías con él

en los que abrazas a una amiga

y le das consejos desde el caos

que son consejos sin saber

decir por decir

y te ríes con ella

que te quiere disfrazar

y tú, tímida, que ni de casualidad

pero por dentro te dices

ya va siendo la hora

de jugar.

lunes, 26 de marzo de 2007

Me han robado tiempo

Me pilló la hora.

Mañana de domingo, única que no amanece con el gallo despertador. Desayuno tranquila mi gran tazón azul de leche con colacao, leyendo algo. Uno de los pocos ritos que tengo, y que cumplo religiosamente semana tras semana, año tras año. Uno de los pocos caprichos a los que no renunciaría. Mi gran tazón de colacao tomado a cucharilla larga es casi sagrado. Con algo que leer delante. Lo que sea. Pero que leer.

Esta mañana me pilló la hora, me pilló de nuevo el tiempo, pero no por mis habituales prisas, no por mis numerosos pequeños retrasos, sino porque me han quitado una hora enterita del día, porque al terminar el último bocado del tazón chocolateado me han dicho que no eran las once, que eran las doce. Mierda.

Hasta hoy, los únicos ladrones de tiempo para mí habían sido algunos tipos de personas y las colas, pero así por el morro, delante de mi tazón, sin mediar palabra, dos señores pequeñitos... ¿quitarme mi tiempo?...

Se han llevado las once, cada uno iba con un uno.

Ahora que estaba dispuesta a permitir que el tiempo sea tiempo. Ahora que me decidí a planear un poco menos. Ahora, hoy, va y me quitan una hora enterita del día. No es justo.

Como también he decidido tomar mucha filosofía de comida, me olvidé del primer mosqueo y he hecho exactamente todo igual a como si no se hubiese movido el día. Algo más estresadilla pero todo igual. Casi igual. Sólo con un par de mierdas mierdas a media tarde y ya está. Y he continuado con mi idea de permitir, de vivir tranquilamente esta marcha caprichosa del reloj.

Mañana no irán a mover otra vez el tiempo ¿no? Ahora no me vayan a fastidiar, que ahora que empiezo mi juego no vayan a robarme momentos.

jueves, 22 de marzo de 2007

Mi primer cuento

Este cuento se lo dedico hoy con toda mi alma a un buen amigo.

Este cuento es el primero que yo escribí, y, aunque así sin corregir por mano adulta peca de infantil, en el fondo quiere ser un canto a la libertad, a esa libertad individual que encierra la belleza de las personas, y que, con esa tendencia humana a intentar poseer, nosotros mismos marchitamos sin darnos cuenta.

EL HOMBRE QUE CORTABA FLORES DE LA LUNA

La Luna, esa bola que cuelga luminosa por las noches, unas veces con la cara redonda, otras sonriente, es la dueña de los sueños y de todo lo que crece.

Enrico lo sabía, y por eso todos los días, desde que era muy pequeño, al acostarse, viajaba a la Luna para ver allí todo lo que en ella crecía, que eran flores, muchas flores de todos los tamaños, flores de todos los colores…

Una noche, Enrico, cansado de que su sueño de ver esos jardines se desvaneciera cada mañana al despertar, decidió llevarse unas tijeras en uno de sus viajes lunares para así tener algunas flores que le alegraran el resto del día hasta que la noche volviera de nuevo.

Aquella noche quedó más fascinado que nunca por el maravilloso jardín lunar; las flores parecían más grandes que otras veces, olían a vida y le miraban resplandecientes con sus colores brillantes, las había rojas, naranjas, amarillas….A él le gustaban mucho y las deseaba con toda el alma. Sacó las tijeras y cortó varias de ellas, las que más bonitas le parecieron.

A la mañana siguiente las flores estaban en su habitación, preciosas, y Enrico al mirarlas se sintió feliz.

Así sucesivamente, noche tras noche, Enrico fue cortando en cada viaje alguna flor, sustituyendo así las que se marchitaban, o tan solo haciendo más grande el jardín en que se estaba convirtiendo su hogar.

Al cabo de los años, una noche como otra cualquiera Enrico volvió a la Luna, con sus tijeras. Estaba gris, estaba de color gris la Luna, ya no brillaba, ya no lucía el arco iris que tanto le había fascinado, ya no olía a vida, a cosas que crecen, estaba…como muerta.

Las plantas habían desaparecido en su gran mayoría, y las pocas que quedaban languidecían entre las piedras o los troncos viejos con sus colores mates.

Enrico se asustó mucho; quiso saber qué le había ocurrido a su querida amiga Luna, que era la dueña de los sueños y de todo lo que crece. Le preguntó, le preguntó si había pasado por allí un ejército de personas malvadas o si alguien con mal corazón se había propuesto destruirla, le preguntó insistentemente qué era lo que había ocurrido.

La Luna, muy triste, con la mirada oscura y profunda le contestó que no, que no había pasado ningún ejército, que ese mal no se lo había provocado alguien con feo corazón. Le contestó con gran pesar que su extraña enfermedad se debía a que una persona a la que ella quería y que creía quererla a ella, había intentado hacerse dueña de lo sueños, y por lo tanto dueño suyo, que esa persona había olvidado que la única manera de conseguir un sueño es viviéndolo, involucrándose en él, impregnándose de su magia, pero nunca intentando apoderarse y queriendo convertirlo en realidad. Que esa persona para ella tan querida le había ido cortando noche tras noche, con cariño incluso, su ser más profundo, sus flores, y que de esta manera la había hecho real y por lo tanto como sueño desaparecía.

Adiós Enrico, amigo, le dijo, aprende esto para siempre, nunca te intentes apoderar de aquello que quieres, que te fascina, únicamente disfrútalo como es, involúcrate en ello y de esta manera serás feliz.

Enrico, cabizbajo y comprendiendo, dio media vuelta y marchó a su casa. Se durmió.

Muchas noches ha intentado volver a la Luna, alguna lo ha conseguido, pero nunca más se la ha vuelto a encontrar tan resplandeciente como en otros tiempos, con ese jardín mágico del que una vez se enamoró.

domingo, 18 de marzo de 2007

Mi nube secreta

Existen razones para creer que los colores son todavía colores

Tarde de domingo
secreta
callada
escondida.

Nadie sabe que estoy aquí,
sólo tú,
y me debes guardar la mentira.

Te voy a llevar de la mano a mi nube secreta.

No digas nada
cierra los ojos
y que tu silencio
marque mis pasos.

Sube conmigo.

Aquí tengo algunos tesoros que nunca
he enseñado:
el disfraz de enfermera que me quitaron de pequeña
en mi nube lo volví a encontrar,
también tengo el libro de hojas gruesas
y amarillentas y letra chiquita,
que todavía leo
cuando estoy dormida,
sólo cuando estoy dormida.

Algunas cintas de música antigua,
colillas de cigarros,
servilletas de papel con dibujos
de carmín,
con besos impresos
por panda de locas
en aquellas noches diferentes.

Una caja llena de fotografías
que te van a dar risa.

Cartas,
muchas cartas,
postales,
pendientes
sortijas
y colgantes
que ya no se estilan.

Un edredón azul celeste
que sólo utilizo para las siestas.

Un broche de plata de mi abuela,
caramelos viejos,
monedas,
pulseras de madera y
gafas de niña pequeña.

Un mechón de cabello
sin dueña,
risas en la memoria,
mecheros con nombres
que dejaron de funcionar,
restos de lágrimas derramadas por nada.

Un espejo pequeño
pintado a mano
que siempre quise colocar
en la pared de mi nube secreta.

En la pared roja
de mi nube secreta.

jueves, 15 de marzo de 2007

Y sigo...

Y sigo paseando con las manos en los bolsillos,
sigo buscando mis gafas de sol para esconderme del mundo,
sigo enterneciéndome con las personas mayores que dan de comer a las palomas
y con los ojos de los niños,
sigo rodeada de mujeres niñas grandes, medio hadas medio brujas buenas
que sacan sonrisas
a mi cara de seria.

Sigo bromeando por nada,
y sigue el brillo en mis ojos aunque yo no lo vea, porque Evita lo dice y ella nunca me miente,
sigo poniéndome cuando puedo mis vaqueros y mis zapatillas de Huida,
sigo con mis momentos de soledad buscada
y también necesitando compañía,
sigo teniendo conmigo tus palabras bonitas,
sigo leyéndote, aunque no te lo diga,
sigo escribiendo poesías.

Y sigo preocupada
y sigo con prisas
y sigo apilando libros que no termino sobre la mesilla.

Sigo mirando ropa sencilla para subirme la moral,
sigo sin música en picantus,
pero hoy me he pegado un bailoteo en el probador de Zara
sin ningún tipo de precedente.

Sigo pensando que esto ha sido una buena señal
y que esta lucha contracorriente va a valer la pena.