miércoles, 8 de julio de 2009

Árbol negro

Photo by Christian Coigny

"... que cuando todo te hierve

una estela de hielo se esconde entre los labios". María Peiró


Me perdonas

que cuando todo me hierve

una estela de hielo se me esconda entre los labios,

que amordace las palabras con escarcha me perdonas

que esté seca de gemidos,

que no aúlle ni siquiera por las noches cuando aúllan las estrellas,

que entre terca en esos sueños que golpean a mi almohada

y adormezca las ideas en pantanos desbordando los colchones.

Me perdonas, que no me vuelva mientras camino tan derecha que doy miedo,

tan derecha que ese temblor de hoja que es muy mío no se note.

Me perdonas que no me abastezca de caricias,

que salude a aquella anciana, servicial, que le ayude a cruzar

y que no vea que las migas van cayendo del bolsillo.

Me perdonas por lo altiva y militar

por lo insolente de mi lengua afilando pupilas a las seis de la mañana,

me perdonas,

que no parpadee,

que no respire,

que mientras la nostalgia rebate voluntades

crezca un árbol negro dentro de mí.


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