martes, 15 de septiembre de 2009

Tarde de martes

Hoy es martes, parece jueves, la semana está siendo tan larga. Demasiado frío para un mes de septiembre de año impar. Esta tarde amenaza lluvia. Tomo algo caliente en mi taza blanca, y la mesa de la cocina ya no gira.

Tracy Chapman amortigua el zumbar habitual de mis oídos, crónicos enfermos de la sociedad. Me acuerdo de Margaret, de lo mucho que charlamos este verano, de que me debe un mail. Me acuerdo de mis otras muchas locas, cuerdas que cuelgan con los cabos de colores desde mi cielo, que me sujetan cuando hago un amago de caída. Y siempre es broma, no hace falta repetirlo. Me acuerdo de esas sonrisas lúcidas estrellando anti rutinas contra los muros, dardos contra el horizonte de lo distinto, desmembrando frases sacadas de un tiesto, palabras que hacen descascarillarse los restos de esqueleto que me queda en momentos ridículos, esos que tú y yo sabemos.

Me acuerdo, y a menudo intenso, de esas brujas de colores que me lanzan cuerdas desde sus guaridas.

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