domingo, 4 de octubre de 2009

Evolución de domingo

Salvamos un domingo al descubierto,
la lucha de monstruos,
una larga cabellera de reloj,
trepamos por los muros,
fantasmas,
sacamos las espadas para herir de muerte al prójimo,
tocan las teclas del piano sobre mi frente,
cerciorarnos de que sufre.
Salvamos la tarde a un domingo sin alas,
al papagayo de piel lisa que nos revuelve las tripas,
torcemos el gesto, acribillamos mosquitos con las pestañas,
hemos relamido el poco tabaco,
la casa suda,
robamos las cerillas de los estancos para quemar.