lunes, 13 de diciembre de 2010

Morning

Parece que hablar de equilibrios y engranajes de relojes no se nos da bien, tiene que ver con la idea que se tiene de ello que nunca es parecida en ninguna cabeza. Hablar de cosas redondas, hablar de superficies que brillan lejos de los ojos y que no tienen esquinas no es lo que se lleva. Parece que lo rugoso del asfalto es lo que se parece a la piel que llevamos dentro, que es incluso un castigo ver crecer una brizna de hierba detrás, donde las musarañas habitan, y sé que existen porque vi a una ahogada en mi piscina hace demasiado tiempo. Parece que se trata de salirnos de la calzada para que no nos multen, otra vez, y pintarnos la fachada de manera artificial. Parece que levantar el tono de la voz molesta enormemente y surte el efecto contrario, hablar despacio acercándote al oido y clavar el puñal por detrás es lo único que puede resultar efectivo.

Los ruidos de los motores comienzan a las siete y no nos hace falta el despertador zumbando cada siete minutos. Parece que los número siete son los del amanecer y no nos hemos dado cuenta hasta que cruzamos la Gran Vía con las manos en los bolsillos las mejllas heladas unas marcas debajo de los ojos y nos fijamos en una matrícula que dice así, siete siete, y no encontramos los mitones de lana negra, y parece que de los tres pares casi idénticos no tenemos ninguno en este bolso que pesa demasiado para ser tan temprano. Parece que es de noche todo el tiempo cuando hace tanto frío.

1 comentario:

Nicofilms dijo...

hace más frío que en Punxsutawney!