miércoles, 30 de marzo de 2011
Lunch
Odia la palabra lunch, que se pronuncia lanch, desde que se la oyó pronunciar a aquella niña que entró nueva en su curso, y que venía de fuera, y que tenía un acento bonito y que se pavonenaba con aquella cola de caballo tan alta, delante de los ojos atónitos de todas, incluida ella. Odió que pronunciara la palabra luch con aquel desparpajo tan atrevido y que además quedaba bien. Recuerda que esa noche, en el espejo de su casa comenzó a pronunciar la palabra lunch, lanch, lunch, lounch... mierda! en la vida podría hacerlo, ni en mil vidas pensó. Odia desde entonces la palabra lunch y es porque la termina de escuchar desde el otro lado de la barra, del mostrador con bollería y donuts.
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