lunes, 26 de marzo de 2007

Me han robado tiempo

Me pilló la hora.

Mañana de domingo, única que no amanece con el gallo despertador. Desayuno tranquila mi gran tazón azul de leche con colacao, leyendo algo. Uno de los pocos ritos que tengo, y que cumplo religiosamente semana tras semana, año tras año. Uno de los pocos caprichos a los que no renunciaría. Mi gran tazón de colacao tomado a cucharilla larga es casi sagrado. Con algo que leer delante. Lo que sea. Pero que leer.

Esta mañana me pilló la hora, me pilló de nuevo el tiempo, pero no por mis habituales prisas, no por mis numerosos pequeños retrasos, sino porque me han quitado una hora enterita del día, porque al terminar el último bocado del tazón chocolateado me han dicho que no eran las once, que eran las doce. Mierda.

Hasta hoy, los únicos ladrones de tiempo para mí habían sido algunos tipos de personas y las colas, pero así por el morro, delante de mi tazón, sin mediar palabra, dos señores pequeñitos... ¿quitarme mi tiempo?...

Se han llevado las once, cada uno iba con un uno.

Ahora que estaba dispuesta a permitir que el tiempo sea tiempo. Ahora que me decidí a planear un poco menos. Ahora, hoy, va y me quitan una hora enterita del día. No es justo.

Como también he decidido tomar mucha filosofía de comida, me olvidé del primer mosqueo y he hecho exactamente todo igual a como si no se hubiese movido el día. Algo más estresadilla pero todo igual. Casi igual. Sólo con un par de mierdas mierdas a media tarde y ya está. Y he continuado con mi idea de permitir, de vivir tranquilamente esta marcha caprichosa del reloj.

Mañana no irán a mover otra vez el tiempo ¿no? Ahora no me vayan a fastidiar, que ahora que empiezo mi juego no vayan a robarme momentos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Después te devuelven la hora.
Sin intereses, los jodidos. Pero la devuelven.


Una pena, sí, un fastidio además porque acá no cambian la hora, así que ahora cinco horas nos separan y no cuatro como antes...

Mis mañanas son bastante tranquilas. No me gusta apurarme, no me gusta correr, me gusta andar en calma. Muchas veces dejo compromisos de lado porque no quiero atosigarme. Hala. Los amigos ya me conocen.

Me levanto y me preparo unos mates. Siempre. Aunque me levante tarde, los sábados y domingos, y se me junte el mate del desayuno con el almuerzo. =)

Ah, yo no me doy cuenta, pero creo que me bajé del tren de la prisa del mundo en algún momento y lo veo pasar, muy contenta y en calma, con mis ritmos y mis tiempos y mis manías. Je.

Besos, Loredhi.

Anónimo dijo...

Te copio en lo del tazón pero te cambio una de cola-cao por mi mas cafecito que leche, otra de mis adicciones, a sumar al trabajo y dormir poco,... yo me encontré con lo mismo, una hora extra de curro por una hora menos de sueño y por raro que parezca estoy igual de cansada que todos los lunes...y los martes y los mierc...nos desquitaremos el jueves.y porque no ahora...cualquier momento es mejor.luego mas reina

. dijo...

Sra. Loredhi;

Una de las ventajas de las personas que distribuimos el tiempo en segundos es que no damos importancia a los cambios de hora. Para nosotros los cambios de hora no existen, dado que las horas son un criterio temporal ajeno a nuestro ritmo de vida. No hay cambio de segundos, sería absurdo adelantar o atrasar un segundo. Bueno, también es absurdo hacerlo con las horas.

Piense que la hora que le roban por la mañana la tiene Usted de más por las tardes, con más luz, con más vida por disfrutar.

Qué bueno eso de que se llevaron las once, cada uno con un uno.

Lo que deberían llevarse para siempre es la mierda mierda. Cada uno con una mierda.

Sí Señora.

Perfectos Saludos.

Loredhi dijo...

Sr. Mari,

Yo sólo puedo los domingos...pero cómo disfruto.

Me voy a apuntar también a eso de bajarme del tren de la prisa del mundo, me gusta la idea. En cualquier caso yo creo que seguiría subida al tren de mis propias prisas, porque no sé cómo lo hago, pero siempre ando, como dice un amigo, con el tiempo pegado al culo. Bueno, él al culo, yo al culo culo.

Bruji,

Cualquier momento es bueno para desquitarse, tú y yo lo sabemos, ahorita mismo con dos cervecitas y unas palomas de compañía.

Veo que compartes mi insana costumbre de dormir poco. Pronto relataré la vieja Leyenda de la Niña-Búho, te sorprenderá.

Sr. Mantel,

Que a mí no me va lo de los segundos, ¿qué me quiere Usted matar de velocidad? no, no me puede convencer. Me falta a mí que las horas se conviertan en segundos... Nunca.

Pues sí, lo que a Usted tanta gracia le hace ocurrió de verdad: delante de mis narices se llevaron los unos, y no pude hacer nada para detenerlos, bajaron de la mesa con cuerdas y huyeron en un camioncito. Por cierto, llevaban trajes de color naranja.

Me sabe mal llamarles para que se lleven también las mierdas mierdas, pobres, tan trabajadores, tan pulcros, tan naranjitos y aseados, con sus cuerda y su camioncito.
Mejor las empaqueto y se las mando por correo "del ordinario" al que les mandó robarme el tiempo.

Anónimo dijo...

No se si ya les he comentado en alguna ocasión que tengo una lucha íntima y personal con algún reloj imaginario, creo que todo empezó a los nueve años, cuando decidí subirme a la grupa de Casiopea y vestir el estandarte de mi amiga Momo. Al igual que el señor Mantel, intente desmenuzar y de algún modo achicar a mi enemigo en segundos, hasta que llegué a la conclusión de vivir en instantes, instantes que duren lo que a mi me de la gana, pueden durar un silencio de lunas, un guiño de colacao, una caricia de nubes, un cuento de princesas y ranas, un mordisco de galleta, un globo que llueve... lo que a tí te de la gana, amiga!!!

D A V I D dijo...

Hola hermana,

¿Eran Curris los que se llevaron los 1s?

Besos

Loredhi dijo...

Querida Evita,

No, si a ti lo que te va es subirte a algo y volar.... ya sea moto, ya sea escoba, ya sea lo que sea.

Importan los instantes, vale, tienes razón, pero...¿cuántos cabían en la hora que me robaron?

Hermano,

Eran curris curris

Curris silenciosos de los buenos