lunes, 23 de abril de 2007

Danza de azar

Cuando siento que he estado demasiado tiempo en mi nube, cocino.

Música, tomo una larga cuchara de palo y un cuchillo pequeño como instrumentos, y comienzo mi propia melodía. Al ritmo de la música, de los fuegos, de los olores, de la imagen de las manos de mi abuela cortando, del ruido molesto y familiar del extractor de humos, comienza la danza.

Mano izquierda en la barriga, mano derecha extendida, bailo.

Miro hacia arriba cerrando los ojos. Los pies se mueven arrastrando, y sonrío al pensar que nunca he sabido bailar. Pero aquí lo hago, estoy sola, y sola no me importa bailar ni tampoco cantar en voz alta. Aquí bailo como quiero. Y recuerdo que hace apenas quince minutos, al salir de la ducha, me he mirado a los ojos. Me he mirado largamente dentro de los ojos dentro del espejo de dentro del cuarto de baño, y un color castaño me ha sonreído. Y recuerdo que mis ojos unas veces sonríen y otras no, y que hoy sí lo hacen; quizá sosteniendo sus labios un par de palabras leídas ayer. Como la luna del viernes, que sonreía, también sostenidos sus labios por palabras. Un par, no más.

Y miro hacia el suelo, mis zapatos cómodos dibujan azares sobre el suelo de la cocina, y mis vaqueros se mueven abrazados a mis piernas. Y miro las baldosas grises, y me acuerdo de las baldosas blancas y amarillas de cuando era pequeña, y pienso que mi camino está marcado por baldosas de colores, y que mis pies siempre andarán saltando de las unas a las otras, sorteando la pares, buscando las impares, de las blancas a las amarillas, de la arena a la cal. De la cal a la arena.

Y mirando hacia el cielo con los ojos cerrados, sonrío de nuevo pensando que ya no recuerdo la razón por la que me había sonreído antes. Y pienso que la danza quizá me pueda ayudar con mi mala cabeza. Y así decido que sea. Dejándome llevar por ella.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me ayudó muchísimo cantar y bailar cuando estaba triste.

Miro mucho qué canciones canto, no permito que digan ninguna cosa triste o melancólica. Eso de "morir de amor" por ejemplo no me suena romántico, me suena triste. El amor es vida y no mata. Y puede ser sumamente intenso, muchísimo más que esos amores tristes que nos enseñaron (y no son amor real)

Besos medio dormidos (ando medio dormida desde hace unas cuantas semanas...)

Eva Gaos dijo...

Una vez bailé, sólo una, estaba en la puerta de un Mc Donals, llovia y mientras un amor de caballero me cantaba al oido una balada, bailabamos bajo un paragüas roto y la mirada sorprendidaalucinada de la peña; en realidad él bailaba y yo me dejaba morir, querida Mari, el amor te otorga la tentacion de quere morir en unos brazos, no es malo, ya volverás a nacer!!!!

Anónimo dijo...

nunca hay que dejar de reir, bailar, cantar y es xulísimo leerte con brillo y ahora sigue riendo.
yo bailo y canto fatal pero lo hago, unas veces con el mocho, otras con el trapo, lo asocio a limpiar, sera porque solo lo hago de vez en cuando....
parezco algo loquita te leo y me rio sola al teclado, estos ultimos te enseñan con alegria y corazon contento y yo me alegro mas. baila y canta

Anónimo dijo...

Evita, sí, sí, entiendo eso de "morir en unos brazos". Pero es que hay amores "tristes" y yo no quiero de esos, que ya tuve.
Hay amores que sentís que te están matando, MATANDO! y la sensación es bellísima, porque traen la resurrección de bellísimas cosas adentro de uno. Quiero eso! =)
Ay, el amor, qué bello es...

Loredhi dijo...

Mari,

Cantar y bailar siempre es bueno.

Aunque yo no esté alegre, a veces también me gusta escuchar canciones tristes porque me emocionan y me hacen sentir. Pero sí que es verdad que, en cierto modo, también existe la inspiración para escuchar música.

Besos medio despiertos, mari.

evita,

Por vivir un baile como ese, aunque sea en la puerta de un mc. donalds, yo me retiro de la cocina casera.... y mari se nos despierta del todo. ¿O no?.

bruji,

Buenaonda cantando y bailando al ritmo del plumero valiente. Mola.
Tus ojillos llevan el brillo pegado de forma permanente.

mari,

Y yo recalcaría: Ay, el amor, qué jo-di-da-men-te bello es.... cuando quiere.

En fin.

(queda terminantemente prohibido ponerse moñas)

Eva Gaos dijo...

Mari,
Tengo la gran suerte de vivir en la ignorancia de los amores tristes, que nunca tuve.
Joder niñas, amor del que te revuelve las tripas, que yo nunca he sentido mariposas en el estómago, pero sí algún que otro dinosaurio, que por suerte o por desgracia es una amor infinito que ni se molesta en madurar; se queda siempre ahí, me mata y me revive y vuelta a empezar; amor de aaayyyyyy!

Chicas yo estoy enmorada del mismito amor, por muy mostruoso que aparente a veces, abajo siempre hay un niño miedioso esperando que le des la mano.

Eva Gaos dijo...

Hoy estoy TONTORRONA!
Loredhi, deja ya el blog, que tienes una torre de archivos en tu mesa a puntito de chafarte!!!!

Eva Gaos dijo...

Bruji,
Limpiando y riendo, eres al pera niña, tu buena onda contagia a un muerto!

Stacy Malibú dijo...

Tengo ganas de volver a hacer esas cosas. De un tiempo a esta parte se me habia olvidado el placer de bailar con mi sombra cerrando los ojos....Pero prometo hacerlo ahora mismo. Levantarme, cerrar los ojos, sonreir y menear el culo.

Gracias.

Loredhi dijo...

Va va, evita,

¿Tú no sabes leer? he dicho que queda terminantemente prohibido ponerse moñas. Va va... y tú empiezas con las marìposas en el estómago y tal... No sé que está pasando, la primavera revoluciona al personal y parece que todo en mundo quiera hacer el amor. Eso está bien.

La montaña de papeles al carajo, que una amiga no abre ventanas todos los días, y lo primero es lo primero.

Stacy,

Hora de cerrar los ojos, sonreir y menear el culo, escuchando música. No pipas.

Eva Gaos dijo...

Joer Loredhi, luego resulta que yo soy la duretas, dejame que me ponga tontorrona de vez en cuando; hoy ya me vuelvo a poner camiseta de mala remala y me cargo al dinosaurio, a las piriposas y al amadre que los parió.
Ves? ya has vuelto a sacar al bicho!

Loredhi dijo...

Tú es que eres una radicala, muchacha.

Te vas de un extremo al otro. De moñas a bestia, y así no hay quien pueda sujetar este barco.

Sé clásica, como yo, velocidad crucero.

Por fuera, claro, jeje.