Eres médula en la oscuridad de una curvatura,
látigo interno flagelando el sueño,
médula muda envuelta en reflejos grises y
blancos que salen del pentagrama
y ramifican unos dedos que tiemblan si les falta oxígeno.
Eres médula, compás de voz trazando idas y venidas,
crepúsculo urbano de paseos mirando al techo
prófuga en el manejo de los instintos,
médula macerando colmillos en la noche,
en el pliegue de la nuca hasta el lunar,
columna en la distante estructura
impulso para el goce,
médula soberana en la espina de un diamante.
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