jueves, 29 de noviembre de 2007

Cenicienta

Tocan las doce de la noche
y una mujer desviste sus andanzas al borde de una cama,
caen de golpe las voluntades
y con lo poco que le queda de fuerza
enciende un cigarro,
entorna los ojos, y saca el bisturí entre las sábanas...

Comienza la disección,
primero el disfraz segundo la piel
tercero una niña pequeña que no debe llorar
aunque lo desee con fuerza...

El acero tampoco alcanza hoy a llegar al fondo,
y es tarde,
será cuestión de coserse otra vez y dormir
y esperar a que lleguen de nuevo las doce
disfrazada de turbia cenicienta.

6 comentarios:

D A V I D dijo...

Son las doce y un hombre enciende un cigarro...

Será cuestión de dormir y esperar disfrazado de mago apagado

. dijo...

Sra. Loredhi;

Pero qué preciosidad ha escrito Usted. Una de esas para enmarcar.

Yo hace tiempo que largué el bisturí. Bien lejos. Si me pongo a quitarme disfraces me llega la madrugada en la faena y... total, para que al final me encuentre con un ser del tamaño de una avellana. ¿Qué hago con eso?. Bah.

Son las doce y un hombre lleva ya un par de horas durmiendo, porque como a las doce no esté dormido al día siguiente se pone de un insoportable del cagarse.

Será cuestión...


Perfectos Saludos.

JOHNNY INGLE dijo...

Pues si fuma tantos cigarrillos no me extraña que sea "cenicienta"...

A una mujer que desviste sus andanzas al borde de la cama
la tocan a las doce de la noche.

Ella prefiere otra hora,
sin embargo al príncipe le apetece a las doce.

Joder, cómo cambia el cuento si cambiamos unos versos.

En efecto, una preciosidad de poema. No es para enmarcar, sino para premiar.

Loredhi dijo...

david,

Me gusta pensar que el disfraz es de mago y se apaga a las doce. No pensar que el disfraz es de mago
apagado.

Un mago apagado me recuerda a un payaso con la boca pintada hacia abajo.

Será cuestión de dormir y esperar a que se encienda la nariz roja del payaso o los dedos del mago.

Sr. Mantel,

Gracias, lo de enmarcar me va a venir fenomenal porque así de paso llevo a poner el marco a un montón de fotos pendientes de "vestir".

Pues sí, lo de ponerse por la noche a quitarse los disfraces del día puede resultar una tarea sin fin, de ahí que la sujeta del poema opte por dejarse estar, y coserse, y a dormir otra vez, porque sino no acaba nunca y no nos duerme nada de nada... Y ya va bien servida.

Sr. Ingle,

Eso es ley de vida, ni príncipe ni cenicienta se ponen de acuerdo en la hora... Por eso en el poema el príncipe no aparece, se ha dormido. Aquel aburrido y muerto del miedo al ver el bisturí, y aquella venga al desviste, y cose que te cose y recose y corta y pega y arregla.

De premio un par de cigarrillos que esa noche la fumeta se quedó sin.

Anónimo dijo...

precioso precioso, y yo de hermana mala de cinicienta....esa brujilla que duerme ya con la misma ropa puesta y pasadas hace rato las doce.....cuentame mas que sigo sin dormir y me encantaria poder ofrecerle un cigarrito que durara mes.....ha probado esas boquillas super largas que creo consumen menos....besetets

Loredhi dijo...

bruji,

ay que las boquillas esas largas de cigarrillos dan un mareo que no veas y me saben a mentol. Paso paso paso. La cenicienta se deja el fumeque como le ofrezcamos eso, chiquilla.